DEFENSORES DEL BOSQUE

DEFENSORES DEL BOSQUE

Alberto Híjar.

Derrotados desde hace más de dos años a raíz del arrasamiento del bosque de Zacacuautla y los intentos ulteriores de cercar como propiedad privada protegida un amplio territorio vecino, los talamontes se habían replegado ante la organización del colectivo Defensores del Bosque. Mutuamente, los buenos y los malos, se han cortado alambradas y de nada sirvió el foso profundo cavado de noche por los defensores para impedir el paso de camiones y trascabos. Iniciado por mujeres, no más de seis valientes, el colectivo ha vencido la estrategia de sobornos, comilonas y borracheras a nombre de compadrazgos comprometedores. Los defensores han sabido alternar la denuncia pública con reportajes gráficos, la defensa legal y la movilización sorprendente en el pueblo, Tulancingo y Pachuca, hasta ganarse el respeto de los funcionarios acostumbrados a servir a los caciques y a despreciar a los pobres. Cuenta el convencimiento logrado con el dueño auténtico para la donación de un terreno para el pueblo y la descalificación de los terrenos malhabidos por los taladores bienquistados con los funcionarios de SEMARNAT y la PROFEPA. Con Patricio Patrón Laviada al frente de ésta es difícil romper la red de privilegios corruptos.
Defensores del Bosque han mantenido una movilización constante para vigilar, proteger y reforestar. Han conseguido la donación de árboles lo mismo de las autoridades que de la solidaridad, por ejemplo, del Taller de Construcción del Socialismo. La tradición del tequio, mita como lo llaman en Los Andes, vuelve convivio feliz el sembrado de los nuevos árboles de manera ordenada. Contrasta esta forma comunitaria con el programa Proarbol 2008 del gobierno espurio que fijó una meta de 280 millones de árboles, 30 millones más que en 2007. Para lograr esto sería necesario sembrar 32 mil árboles por hora lo cual desborda con mucho los shows televisados donde Emmanuel y algunos funcionarios siembran para que nadie vigile después el resultado. 350 mil hectáreas de bosques son arrasadas cada año sin que campaña alguna sea capaz de reparar el daño.
La corrupción impera. El secretario de Asuntos Electorales del PAN-DF, Juan Pablo Saavedra, aparece como técnico agrario en siete organizaciones de PROMUSAG; Xarení Mendoza, secretaria de Vinculación Ciudadana encabeza FAPPA-DF y forma parte de siete colectivos de PROMUSAG; otro funcionario de la misma dependencia, Ricardo Uribe aparece en la misma organización y en trece de la segunda. Otro, David Covarrubias está en situación semejante y la segunda en el mando de la Secretaría de Gobierno del PAN está en seis organizaciones de PROMUSAG. Controlan 42 proyectos con no menos de 7 millones de pesos de la Secretaría de la Reforma Agraria y quien sabe cuantos más de SEMARNAT. La aplicación electorera es obvia y conduce las relaciones corruptas con las mafias de talamontes, tan poderosas, que matan defensores comunitarios bajo protección de las fuerzas armadas y las presidencias municipales. Tras el crimen de Digna Ochoa están al igual que en el de otros asesinatos en Guerrero, Veracruz, Chiapas y el Estado de México. Con el cuento del muy rentable combate al narcotráfico, la destrucción de bosques es constante e impune y tiene como cobertura los planes ecoturísticos con asociación trasnacional.
Defensores del Bosque ha llenado de estambres y festones de colores los árboles marcados para su corte por los talamontes de Zacacuautla. La comunidad se agita, cuenta con el apoyo de la única delegada mujer electa por aplastante mayoría en la asamblea donde los criminales perdieron su poder civil. Pero les queda el poder de las armas y la corrupción. Habrá que mantener la alerta roja en uno de tantos casos en donde las contradicciones llegan a su límite.

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