El Fin de la Filosofía

EL FIN DE LA FILOSOFIA

Alberto Híjar.

En artículo reciente Heriberto Yepez da en el blanco del fin de la filosofía en los planes de los bachilleratos de la SEP al distinguir entre la filosofía escolar y la otra, la de a de veras. Cita a Pierre Hadot: “en su concepto escolar, la filosofía no es más que pura especulación… no busca sino la perfección lógica del conocimiento… permanece en el nivel de la simple teoría”. Prescindir del opinadero, la trivialización reflexiva y la cita a toda costa de los filósofos de moda con un atraso de no menos de cincuenta años o de los clásicos aprendidos en los manuales, parece benéfico para la salud mental de los adolescentes reducidos a objeto de la Reforma Integral de la Educación Media Superior. Sin duda la reducción de expectativas de empleo por quienes sólo sueñan con seguir el ejemplo de los profesores de tiempo completo en el sentido de reducir sus vidas al ir y venir del aula a la ventanilla de trámites y la casa, alarma a las organizaciones que de otra manera nadie se hubiera enterado de que existían. Enérgicos burócratas filósofos protestan ahora en nombre de la reflexión crítica. En realidad, ésta brilla por su ausencia ante la escalada de los descomprometimientos variados repudiantes del marxismo en beneficio de ideologías humanistas, ecologistas, reconstructivas, lógicas, hermenéuticas. En la Facultad de Filosofía de la UNAM, el más famoso de los profesores se dice postmarxista para no romper del todo con un pasado rentable editorial y académicamente, gracias a editores influyentes en la Facultad de Economía desde donde alentaron un fantasmal apoyo crítico a López Obrador.
Sin embargo, en la Ciudad Universitaria de la UNAM prosperan las cátedras libres como lugares autogestionarios. Dos cursos de marxismo centrado en la crítica de la economía política llenan auditorios y en el caso de la Facultad de Economía, motivaron la amenaza potril física a uno de sus organizadores. La Cátedra Bolivariana se mantiene en acción den la Facultad de Filosofía y en el interior de México son frecuentes los coloquios reflexivos y críticos. En junio, la Universidad Autónoma de Guerrero albergará un coloquio de marxistas convocados por el Seminario nombrado por el autor de El Capital. Ahí estará el Taller de Construcción del Socialismo y ahí serán distribuidas revistas de ciencias sociales con materiales teóricos e históricos compañeros de los publicados por las universidades de Puebla y Sinaloa en especial. Todo esto es filosofía reflexiva y crítica en acción aunque fuera del alcance de los profesores comodinos.
Mejor será concluir con Yepez: “la filosofía se está yendo de la adoctrinación pública. Hoy sale del bachillerato, mañana de la universidad. Pero se va la filosofía escolar, la especulativa, doxográfica (de opinión espontánea A.H) sólo verbal y teórica. La otra, la filosofía aplicada, no ha entrado aún. Tal filosofía atenta contra los valores retrógrados de nuestra sociedad. Por eso no podría entrar. (Si asusta que se hable de sexo caray, hacer filosofía en aulas causaría shock). Promovería una revolución en la forma de vivir de los jóvenes. Se sublevarían contra los medios, familias, iglesias y partidos. Esa es la filosofía que, a partir de hoy, será necesario propagar”. He aquí la misión de las organizaciones de filósofos y de sindicatos tan jóvenes como el de las preparatorias del Gobierno del Distrito Federal. Sería lamentable que sólo protestaran laboralmente y no asumieran su práctica como educadores. Bueno sería que patrocinaran ediciones baratas de clásicos y críticos actuales para su distribución masiva con presentaciones reflexivas para los públicos sin posibilidad ni económica ni ideológica de apropiación de los libros y revistas carísimos.

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