IMPUNIDAD

IMPUNIDAD

Alberto Híjar.

Puntual como siempre, Hermann Bellinghausen informa de los trabajos del Encuentro Americano contra la Impunidad celebrado el fin de semana del 20 y 21 de junio en el Caracol de Morelia, Chiapas. En principio anotó la injusta prisión de los siete ejidatarios tzeltales de San Sebastián Bachajón luego de ser torturados y acusados por asaltar caminos cuando todo lo que hacen es defender su territorio amenazado por los planes turísticos del gobierno de Juan Sabines a quien paradójicamente La Jornada dedica diarios reportajes y alguna que otra inserción pagada con todo y fotos de sus celebraciones. Por estos días, comenta el cronista de las Juntas de Buen Gobierno, los Municipios Autónomos Rebeldes y Los Caracoles, el CISEN y los gobiernos local y federal hostigan al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas en las personas de dos de sus miembros gozosos por el premio Príncipe de Asturias ganado a pulso por la benemérita institución.
Distinguidas presencias fueron recibidas por la comisión formada por jóvenes mujeres. Luis Villoro, el filósofo autor del clásico Los grandes momentos del indigenismo en México, afirmó la caducidad del indigenismo paternalista y manipulador aunque nada dijo sobre su responsable actual, el panista histórico Luis H. Álvarez coludido con las infamias del gobernador Sabines. Hugo Blanco llegó desde Los Andes donde en los sesenta encabezó una importante rebelión. Vino para insistir en la gravedad de la masacre de Bagua, Perú contra los pueblos amazónicos “los más primitivos desde el punto de vista occidental pero también menos contaminados por los males del mundo moderno”. Al movimiento de los Sin Tierra de Brasil los representó Camilo dos Santos y al Congreso Nacional Indígena Juan Chávez quien leyó la Declaración de Santa María Ostula. Carlos Fazio y el activista paraguayo Martín Ahumada denunciaron la impunidad de los asesinos de pueblos y comunidades y por su parte Humberto Miranda denunció los crímenes yanquis contra Cuba dolida por los cinco patriotas presos en Estados Unidos. Fueron muchas más las denuncias y las impunidades dichas en el Encuentro.
Basta con revisar las secciones locales de la prensa para advertir la impunidad. Las luchas populares suelen incluirse en las páginas de los crímenes comunes. En Oaxaca, el inculpado por el asesinato de Brad Will enfrenta la cuarta orden de aprehensión pese a los amparos ganados ante la falsedad probada de los testigos comprados por el gobierno criminal de Ulises Ruíz. El Comité Hasta Encontrarlos aprovechó el Día del Padre para insistir en la presentación de Edmundo Reyes y Gabriel Alberto Cruz del EPR a la que suman la de Francisco Paredes de la fundación Diego Lucero, la del chatino Lauro Juárez y la denuncia del asesinato de Raúl Lucas y Manuel Ponce de la Organización por el futuro del Pueblo Mixteco de Ayutla. Defensor de la Huasteca Potosina, José Antonio Dorantes “El Hierbas”, ha sido aprehendido y encausado por un supuesto delito en julio de 2000 cuando andaba en Jalpilla muy lejos de donde fue retenido un vehículo con todo y conductor para que la empresa de autobuses se hiciera cargo del atropellamiento y muerte de una niña. De índole semejante es la acusación contra la Delegada de Zacacuautla Filiberta Nevado y sus compañeros defensores del bosque y el agua que atravesaron una patrulla en la carretera a Honey para llamar la atención contra las autoridades municipales, la SEMARNAT y la Secretaria de Gobernación de Hidalgo empeñadas en proteger a los taladores y en especial al cacique mayor Pedro Canales. Los campesinos organizados han logrado impedir que saquen la madera aunque no el derribo de añosos árboles. Felipe Arriaga, Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera sufrieron torturas y prisión injusta por defender los bosques y el agua de Guerrero y en la sierra del Ajusco, Los Chimalapas, Guerrero, Chiapas y Quinta Roo, los crímenes contra el ambiente son tan cotidianos como la impunidad de los promotores turísticos.
La lista de agravios e impunidades es enorme y tendría que seguir con los casos de los niños de Hermosillo, los mineros de Pasta de Conchos y Lázaro Cárdenas, la devastación de la laguna de Cuyutlán en Colima para instalar una gasera trasnacional, las denuncias sobre las calamidades de los proyectos turísticos desviando cauces, haciendo presas y carreteras destructoras del ambiente y los miles de fraudes de los de cuello blanco. La impunidad es trasnacional y obliga a pactos criminales como los ostentados por Felipe Calderón y Álvaro Uribe como promotores del Plan Colombia-Iniciativa Mérida-ASEAN y Comando Norte en marcha. Lucía Andrea Morett la sobreviviente de la invasión armada del ejército colombiano apoyado por la base yanqui de Manta a Sucumbíos donde fueron masacrados cuatro estudiantes mexicanos y más de veinte combatientes colombianos, tiene que esconderse por las órdenes de aprehensión ecuatorianas cuando debiera estar declarando como testigo del ataque y curándose de las heridas recibidas. Igual de oculta debe seguir América del Valle de Atenco con su padre sentenciado a 112 años de prisión mientras el gobernador Peña Nieto y sus sicarios preparan la candidatura a la presidencia de la República. Violadas y asesinadas en Chiapas, 1994, las tres hermanas oaxaqueñas González Pérez han sido olvidadas. Pueblos enteros como los Loxicha sufren el dolor de sus presos políticos y del impune accionar de caciques y funcionarios.
Lo dijo Miguel de la Madrid: la impunidad es necesaria para un Estado como el sufrido por México. Pero esto no es irremediable. Lo que pasa es que “somos muchos desgraciados pero muy desperdigados” como canta León Chávez Teixeiro. Esto exige un deseo de larga vida para el Centro Contra la Tortura y la Impunidad que está celebrando sus primeros cinco años de fructífera vida. Tendríamos que terminar a la manera de Javier Sicilia pidiendo castigo a los culpables de las masacres de Acteal, El Bosque, El Charco, Oaxaca, Atenco, Aguas Blancas, Tlatelolco.

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