Discutir las Filosofías

DISCUTIR LAS FILOSOFIAS

Alberto Híjar.

Como “lucha de clases en la teoría” describió Louis Althusser a la filosofía. Por tanto, su sentido principal es la construcción de líneas de demarcación entre las ideologías para aclarar así los caminos de apropiación y transformación del mundo. Esto es al revés de las filosofías idealistas postulantes de un principio o una estructura esencial para de ahí derivar el universo entero. Sobre esta base dogmática, las filosofías críticas resultan enemigas y hay que combatirlas. Ya se sabe, cuando las instituciones proclaman la calidad educativa o la pluralidad, es porque combatirán a las ideologías y filosofías que ponen en crisis fundamentos que no son eternos ni universales como afirman los idealismos. Lo malo es que las organizaciones contestatarias no pasan de las reivindicaciones laborales.
En 1963 Erich Fromm convocó a un grupo selecto a escribir sobre el humanismo. Había descubierto y publicado como apéndice de su libro sobre el concepto de Hombre en Marx (1962), los Manuscritos económico-filosóficos de 1844 donde Marx se esfuerza por poner en crisis la dialéctica hegeliana para abrirle paso a la crítica de la economía política. La puesta en crisis de la propiedad, el trabajo, la relación con la naturaleza, la enajenación, el egoísmo, la codicia, los comunismos, es sólo señal de humanismo para Fromm. Althusser respondió de tal manera que el humanista Fromm excluyó su texto del libro planeado porque el comunista francés denunció el ocultamiento de las relaciones sociales con una supuesta esencia humana. A preservar la explotación contribuye plantear al Hombre como esencia negativa de las diferencias concretas entre hombres concretos, así como el Estado decreta la unidad nacional y los empresarios propagandizan a la gran familia productiva donde obviamente desaparecen las diferencias de clase. Althusser editó otro libro con otro modo de discutir a partir de su crítica radical de los humanismos que no del Humanismo. La Unión de Estudiantes Comunistas publicó la crítica de Semprum en su revista Clarte, la Nouvelle Critique siguió la polémica y el libro Marxismo del siglo XX la amplió. En aquel entonces se discutía a fondo en Francia. En México, la editorial Siglo XXI publicó un pequeño pero importante libro con los textos críticos.
Todo esto se acompaña de ritos y maniobras simbólicas que Althusser no discute pero sí señala al afirmar los límites del humanismo socialista de la URSS a cambio de un realismo crítico que al denunciar las diferencias manipuladas con discursos humanistas falsarios, abre paso a la reivindicación de relaciones humanizadas en las formaciones sociales y con la naturaleza. Este humanismo real, critica la realidad opresiva y represiva, la remite a la historia concreta en lugar de fatigar la Libertad, la Justicia, la Belleza, el Bien. Todo esto debieran poner en juego las decenas de organizaciones filosóficas que protestan por la supresión de sus especialidades en la Reforma Integral de la Enseñanza (RIEMS). El subsecretario de este nivel educativo les ha prometido considerar el problema. Sorprende que ninguna de esas asociaciones diga nada ni antes ni ahora de todo lo que ocurre en la corrupta SEP sino que busquen el acuerdo con ella. Una especie de humanismo falsario legitima una que otra denuncia de lo mal que andan las cosas, no tanto como para no acordar con los burócratas. La Filosofía es pacifista, conciliadora y está con la ley y el orden del Estado. ¿Dónde quedó la filosofía crítica? De los eméritos protestantes sólo hay que destacar que al menos dos filósofos, Adolfo Sánchez Vázquez y Luis Villoro se han pronunciado contra el capitalismo salvaje frente al cual Villoro ha sido un promotor constante del EZLN. Desde la ciencia política, el también firmante Octavio Rodríguez Araujo da ejemplo de rigor intelectual con sus artículos denunciantes de los usos ideológicos del Estado represor y los partidos políticos corruptos. Suficiente y necesario para el humanismo crítico a título individual ante la ausencia de organizaciones críticas.
Tendrían que ser los sindicatos universitarios los promotores de la discusión a fondo. Pero su torpe charrismo no lo permite. Tampoco hay ya más que los membretes de profesores organizados en la enseñanza media superior singularmente afectada por la RIEMS. Hay un sindicato nuevo esperanzador, el del Instituto de Enseñanza Media Superior del Gobierno del Distrito Federal. El problema es si las trampas oficiales para regatearles el Contrato Colectivo de Trabajo les darán tiempo para discutir a fondo la cuestión filosófica. Es esta la oportunidad de los estudiantes dirigentes de las cátedras libres autogestivas para discutir su porvenir de filósofos. Son los pobresores hora-semana-mes, las víctimas de la ideología de reconocerlos como continuadores de Platón y todos los críticos del universo para someterlos a un desgaste tal que impide el tiempo reflexivo y los reduce a expositores de manual amenizado con chispeantes ocurrencias sobre la vida cotidiana. Esto no es filosofía, pongámonos serios y hagamos el deslinde de las ideologías como reproductoras sociales de relaciones de producción concretas para distinguir las filosofías cargadas de ideologías para la explotación. Y sobre todo, dejemos de hablar de La Filosofía para en cambio precisar las filosofías y advertir que no todas son reflexivas y críticas. Así hasta ayudaríamos a que se deje de hablar de La Ciencia para en cambio discutir las dos grandes teorías existentes: las físico-matemáticas y las bioquímicas. La historia actual en extremo contradictoria y compleja, exige la teoría como recurso de transformación urgente.

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