Contra el Deformismo

CONTRA EL DEFORMISMO

Alberto Híjar.
19/04/2010

Franklin Quezada ha escrito un texto para ser leído en el homenaje a Salvador Cayetano Carpio, el legendario Comandante Marcial, enterrado en el Panteón de Santa Tecla luego de años de permanencia de los restos en instalaciones militares sandinistas. Gracias a la tenacidad de Tula Alvarenga, la queridísima Tía a quien Franklin rinde honores con la secretaria de Marcial, María Leticia Solano, fue autorizado su traslado a El Salvador con la condición de que se hiciera en secreto. Aún así, el rumor corrió y el funeral improvisado reunió a los inclaudicables. Ahí Franklin y su hermano Roberto cantaron la Milonga del Fusilado, canto de duelo de las Fuerzas Populares de Liberación con una frase de esperanza improbable: “el que murió peleando nace en cada compañero”. En los buenos tiempos, Yolocamba I Ta, cronista principal de la revolución salvadoreña, lo cantó para ganar solidaridad internacionalista y animar la militancia.
La familia Quezada es una entre miles de afectadas por la guerra contra la dictadura. El padre fue alcalde de Chalatenango y para castigar su colaboración con las FPL fue torturado y asesinado. Giovanni cayó en combate y de Nelson no se supo donde quedó. La hermana perdió a su esposo asesinado al salir de la Universidad y a duras penas han sobrevivido a eso que los sátrapas llaman efectos colaterales, secundarios. Por esto el indignado recuerdo de Marcial y las FPL, de sus consignas revolucionarias en especial de la coreada en las combativas marchas del Bloque Popular Revolucionario: el socialismo viene y nadie lo detiene.
Vana esperanza derrotada a raíz del suicidio de Marcial con la pistolita checa que logró esconder de la revisión de sus carceleros sandinistas en una casa de seguridad en Managua. Días antes de ese 12 de abril de 1983, la Comandante Ana María, Mélida Anaya Montes, había sido cruelmente asesinada por su propia escolta. Culminó así la disputa por la línea estratégica de guerra popular prolongada que exigía ya la construcción de un partido político revolucionario de nuevo tipo, distinto a los dispuestos a negociar inciertos principios para ganar seguros privilegios a los dirigentes. Opuesta a esta línea creció la del diálogo y negociación sustentada en un supuesto empate político-militar entre las fuerzas de la tiranía y las de la revolución. El FMLN tendría que ser el partido “pluralista amplio”, según dice Fermán Cienfuegos en un libelo editado en Managua por una sedicente editorial que expropia el nombre de Roque Dalton. Como si pudieran coexistir agua y aceite.
El proceso penal fue largo a la par de una campaña infame de calumnias que el Comandante Marcial sintetizó en su comunicado de despedida del “heroico pueblo de El Salvador, mi querida clase obrera y la gloriosa FPL Farabundo Martí”. Escribió: “no puede soportarse que hermanos revolucionarios sean engañados y acepten como si fueran ciertas la calumnia, el invento pérfido, la infamia contra un revolucionario probado mil veces en el combate popular”. Unos dos años después, la juez nicaragüense resolvió que Salvador Cayetano Carpio no tuvo que ver con el asesinato de Mélida Anaya Montes y que toda la culpa del crimen es de Rogelio Bazzaglia, Marcelo, responsable de la seguridad de las FPL a cargo de la escolta de la comandante, liberado con la amnistía para guardias somocistas y aláteres cuando los sandinistas perdieron la presidencia de Nicaragua.
El 1º de abril de 1983, las FPL celebraron su XIII aniversario y su comandante en jefe resumió la historia de su construcción para concluir las dificultades para formar las bases del partido con las organizaciones de masas y los combatientes más allá “de una dirección que esté dando órdenes y orientaciones sin recibir la riqueza de las masas”. Terminó con la ratificación de la línea estratégica aprobada por el Comando Central en 1981, ratificada en 1983 para acentuar el llamado a “la formación del Partido, el fortalecimiento de las FAPL, a conquistar las masas, a fortalecer realistamente la unidad” para darle pleno sentido a la consigna de Revolución o muerte el pueblo armado vencerá. Más, mucho más, de lo tolerable por los urgidos de cumplirle a las reuniones contrainsurgentes de Contadora y a los gobiernos apagafuegos como el de Salinas de Gortari que al fin logró en enero de 1992, la firma de los Acuerdos de Chapultepec de quienes renunciaron a la revolución a cambio de miserables privilegios personales.
Todo esto nos atañe a los mexicanos no sólo porque hubo decenas de combatientes internacionalistas que han callado salvo excepciones como las de Héctor A. Ibarra (Pensar la guerrilla en México, 2006) con sus memorias sobre las acciones en las que participó con el ERP luego desmantelado hasta el punto de que su comandante Joaquín Villalobos entregó su fusil a Salinas en un acto infame más de los Acuerdos de Chapultepec. Habría que encontrar al inclaudicable Kalin para saber lo que hizo la Brigada Clara Elizabeth Ramírez en rebeldía contra la dirección reformista y deformista de las FPL encabezadas por el actual vicepresidente de El Salvador. Es necesaria la memoria reflexiva y crítica para superar el deformismo, como llama Franklin Quezada a la tendencia dominante gracias al silencio decretado no escrito por los gobiernos contrarrevolucionarios. Bien lo vio el querido Tío, emulo de Ho Chi Minh a quien así llamaba también su querido pueblo en lucha. POR ESTO! dio a conocer la identidad de los Comandantes Marcial y Ana María y de las FPL-FAPL, su línea estratégica gpp que obliga a defender esa identidad en beneficio del rigor histórico.
Dice el Comandante Marcial en saludo al XIII aniversario de las FPL: “la burguesía mexicana nos puede contar su historia de la revolución del 11 al 20 en donde murió un millón de campesinos, su historia de cómo poder domar (perdónenme la palabra tan fuerte) domar a una clase obrera tan grande…no sólo la mexicana, son cientos de casos en los que no valió la sangre de los obreros y de los campesinos. Todavía no está definida la guerra, todavía no está definida la hegemonía de una clase y entonces que en este momento comencemos a darnos golpes de pecho, a decir que hicimos mal, que somos sectarios porque la alianza obrera-campesina…¿para qué vamos a estar hablando de eso?… ¿porqué nos aleja de otros aliados?… pues claro, puede talvez alejarnos durante un tiempo de otros aliados pero también al contrario puede ser el camino para conseguir a esos otros aliados”.
Hace 27 años, el Comandante Marcial a los 64 años de su vida revolucionaria, decidió suprimirse para probar la verdad histórica de la línea estratégica construida primero en la organización del gremio de panaderos y artesanos, en el trabajo sindical hasta llegar a la secretaría general del PCS para renunciar a ella y construir las FPL-FAPL y ganar el reconocimiento de figura principal político-militar del FMLN. Cuando lo sorprendió el crimen de la Comandante Ana María regresaba de su última gira internacional para no salir de El Salvador hasta la victoria final. En tiempos dominados por el deformismo es buena y necesaria la crítica histórica para reivindicar la validez plena de la identidad revolucionaria.

Explore posts in the same categories: General

Etiquetas: , , , ,

You can comment below, or link to this permanent URL from your own site.

Deja un comentario