Archivo de julio 2009

En Tiempo y Forma

julio 23, 2009

EN TIEMPO Y FORMA

Alberto Híjar.

El señor secretario de Gobernación denuncia a la burocracia como retardante de la justicia. No siempre es así porque el influyentismo o las órdenes de Estado pueden resolver en minutos lo que de otra manera llevaría meses o años. Por ejemplo, Miguel Ángel Beltrán acudió durante nueve meses a Gobernación a actualizar su premiso de estancia para continuar sus estudios de postdoctorado en la UNAM. Se hacía acompañar por abogados de la Rectoría preocupados por el lento trámite hasta que un día que les pidieron esperar en un pasillo, dejaron correr las horas y cuando preguntaron, el estudioso colombiano había llegado a su país ante el regocijo televisual programado de los presidentes Calderón y Uribe por la detención del presunto terrorista. La deportación express evitó todo trámite, toda defensa. No es la primera vez que esto ocurre porque Enrique Gorriarán, el legendario Pelao que combatió en Argentina y Nicaragua y ejecutó al dictador nicaragüense Somoza en Paraguay, fue secuestrado en Tepoztlán por un comando argentino apoyado por policías mexicanos para conducirlo directo al aeropuerto y de ahí a Buenos Aires. En su autobiografía, El Pelao narra lo ocurrido con el título de dos presidentes en contra: Zedillo y Menem. Injusticia expedita anula burocracia.
En el caso de la defensa del bosque y el agua en Zacacuautla, la burocracia actúa en el sentido aludido por Gómez Mont. Al seguimiento legal estricto y puntual, en tiempo y forma como dicen los burócratas, de la Delegación y los vecinos organizados, Gobernación de Hidalgo, SEMARNAT y el Municipio de Acaxochitlán dan largas, alegan inconsistencias, solicitan nuevas pruebas, mientras los talamontes atacan al bosque y a los defensores de él. Las movilizaciones del pueblo por fin indignado, han obligado a las autoridades a recorrer los daños ambientales y a participar en asambleas donde han sido increpados por los vecinos hartos. Tramiten en tiempo y forma, responden mientras amenazan con órdenes de aprehensión por el cierre de la carretera y el uso de una patrulla recuperada para el bloqueo, ultimo recurso para llamar al elusivo presidente municipal a comparecer y castigar a los policías protectores de los talamontes y su muy conocida banda de ladrones y asesinos Los Negros. En tiempo y forma, insisten los funcionarios.
La burocracia puede guardar órdenes de aprehensión y procesos legales durante el tiempo necesario para esperar el momento decidido por los intereses de Estado turbio o por influyentes caciques. La globalización de la infamia internacionaliza los asuntos y hace de Lucía Andrea Morett, por ejemplo, una rehén acusada de terrorismo y otros, como dicen las consignaciones para permitir inclusiones adversas. Testigo y víctima de la invasión del ejército colombiano y los yanquis bombarderos de la base de Manta en Ecuador, sobrevivió al brutal ataque donde cayó el Comandante Raúl Reyes con más de veinte combatientes de las FARC y cuatro estudiantes mexicanos que apenas llegaban esa noche al campamento de Sucumbíos. Torturada por ambos ejércitos y luego internada en un hospital, Lucía Andrea ha sido ignorada por el gobierno de México y ahora está escondida con la amenaza de deportación solicitada por la injusticia colombiana y ecuatoriana. La INTERPOL la busca aunque el procurador general de México ha declarado carecer de órdenes para su captura. La burocracia adquiere en este caso un sentido amenazante compartido por 16 inculpados por dos membretes yunquistas y los periodistas sicarios que los acompañan, por haber firmado la convocatoria del Encuentro Bolivariano al que asistieron los estudiantes mexicanos para convivir con otros estudiosos también interesados en Nuestra América como llama José Martí al continente de la justicia. Igual sentido intimidatorio guarda los procesos y las órdenes de aprehensión para ofrecerlas a la alta burocracia urgida de represión. Tal ocurre en el caso de Jacobo Silva y Gloria Arenas quienes debieran estar libres una vez que los amparos anularon las acusaciones de homicidio, pero al aumentarles la pena por los delitos menores pendientes y acumularles un proceso en otro juzgado del Estado de México donde el futuro presidente de la República aplica mano de hierro contra los pueblos, no sólo permanecen en prisión sino Jacobo ha sido trasladado a Nayarit. Todo vale mientras según declara la magistrada Sánchez Cordero en reunión con otros burócratas, el Código Federal de Procedimientos Penales no funciona. Las formas obsoletas de la Ley de Amparo y de ese código impiden la justicia, afirma la ministra.
En fin, atinó el señor secretario de Gobernación veterano en la defensa de empresarios tan gángsters como Raúl Salinas, pero se quedó corto y él lo sabe.

CONSTRUIR el FASCISMO

julio 23, 2009

CONSTRUIR EL FASCISMO

Alberto Híjar.

Dictadura del capital financiero, parlamento y sistema judicial de pacotilla para beneficiar a los traficantes del poder, militarización de la vida y control corporativo de gremios y clases sociales son señales del fascismo. Le falta el movimiento de masas, aquel que vitoreo a Mussolini con camisas negras, a Franco “de cara al sol con la camisa nueva”, a Hitler enaltecido en escenarios grandilocuentes. De algún accidente se valió Bertolt Brecht para atesorar una película donde Hitler ensaya los gestos, los ademanes, el tono de voz y los pasos de ganso con los que enloquecía multitudes. De aquí el paso importante del trío formado por Elba Esther Gordillo, Enrique Peña Nieto y Aquiles Córdova el dirigente histórico y perpetuo de Antorcha Campesina. 130 mil asistentes al Estadio Azteca el domingo 21 de junio llegaron acarreados desde los estados centrales de la República, escucharon el discurso retador y violento de Córdova para insistir en la presencia organizada de los antorchistas ante las sonrisas complacientes de Gordillo y Peña a quien lo traicionó el subconsciente al declararse en lucha por la desigualdad en México.
El proyecto es aterrador. Antorcha Campesina asume desde su adhesión priísta, un lugar de agresivo apoyo a quienes encabezan empresas de Estado y privadas acompañadas por lecciones con apariencia sindical suficientemente sumisas al poder gremial y corporativo. El fascismo es este orden donde corporaciones beligerantes asumen su cuota de poder vertical en un Estado que las beneficia a cambio de su apoyo sustituto de cualquier otra representación. El parlamento, la administración de justicia y los grupos represivos, se someten a los mismos intereses con la consigna de acabar con las protestas populares. Tanto Peña como Gordillo han probado su eficiencia en estos menesteres. Atenco es ya un caso histórico de represión impune donde las mujeres violadas, los dos jóvenes asesinados, los presos condenados a injustas sentencias, las familias pobres desmembradas, no sólo no tienen equivalente con los castigos a los culpables cuyas fianzas fueron pagadas por el gobierno del Estado de México, sino que los culpables fueron encumbrados hasta ser uno el Procurador General de la República y el otro el Secretario de la Seguridad Nacional. Gordillo por su parte, preside a perpetuidad uno de los sindicatos mas numerosos de América desde el que controla al gremio, a la Secretaría de Educación Pública, a las fuentes de financiamiento de sus proyectos empresariales con el control de la Lotería Nacional y su tajada en el ISSSTE y con la asociación con Televisa para cerrar la rosca empresarial con la idiotización masiva. Peña gasta dinerales en promoverse en radio, prensa y televisión, ostenta a una estrellita de Televisa como novia y el Día del Padre organizó una fiesta pública en Toluca donde Danna Paola cantó al mundo de caramelo con las niñas Peña para que papi saludara al conmovido público. 16% ha aumentado el gasto de Comunicación Social (sic) del Estado de México y 5% ha disminuido el presupuesto de Desarrollo Social.
En tiempos de Raúl Salinas de Gortari al frente de CONASUPO, Antorcha Campesina vivió sus años de gloria levantando campesinos para someterlos a promesas de tierras, insumos y créditos. Todavía se ven indígenas de la Sierra de Puebla cumpliendo su cuota de propaganda al mendigar en los transportes públicos con sus famélicos hijos repartiendo papelitos. Y todavía los seleccionados son entrenados militarmente en casas de seguridad. Quizá resurja en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo la organización de Los Bolcheviques como formación de cuadros de dirección al amparo de la educación pública.
Nada de esto alcanza todavía una dimensión pública suficiente aunque hay regiones donde la violación a los derechos humanos por el ejército, las policías y los grupos paramilitares son cotidianos. Es aún una reserva estratégica para los dirigentes del empresariado y de la educación encabezada por Televisa cuyo presidente proclama las bondades de la caridad en encuentros empresariales de América y España. Con la Gordillo, Azcárraga echó a andar un programa de concurso como gran aportación educativa mientras las telenovelas son orientadas a exaltar a las comunidades indígenas falsas, bien vestidas y peinadas, como prueba del bien que hacen las fundaciones filantrópicas sustitutas de las obligaciones del Estado. Todo esto aletarga conciencias y cede posiciones de poder, pero lo grave es que ahí está el proyecto larvado del fascismo alimentado por la crisis total.

JUMEX POWER

julio 23, 2009

JUMEX POWER

Alberto Híjar.

El Jumex power es una tendencia estética excluyente de todo lo que no sea jugueteo trivial con la ecología, la ciencias y las tecnologías mecánicas y electrónicas. Se inserta en el descomprometimiento posmodernista y goza de generosos patrocinios empresariales. Se apropia de espacios institucionales aprovechando la articulación del Estado con las fundaciones de los consorcios. Cuenta con que no hay propuestas libertarias para las instituciones de los grupos que prefieren la calle, la plaza, la red electrónica y las movilizaciones contestatarias. El Jumex power crece, se fortalece y somete al INBA, la UNAM, Canal 22.
La Sala de Arte Público Siqueiros lleva más de 10 años de reducción a eventos conceptuales apenas interrumpidos por encuentros anuales de arte público sin más consecuencias que algunas instalaciones e intervenciones en edificios públicos que pasaron inadvertidas. La vida y obra del comunista pintor fue borrada de la Sala para volverse a instalar efímeramente en los dos años pasados ahora cancelados por el nombramiento como directora de una desconocida renunciante a su origen cubano. Ocupa la plaza que luego de 15 años de constante e intenso trabajo documental y museográfico había sido otorgada a la historiadora América Juárez. Por tres meses fue encargada de la Sala que Siqueiros dispuso para el pueblo de México con trazos dinámicos murales, pinturas, grabados, litografías y bocetos, archivo de vida y una pequeña pero importante biblioteca. Jumex power desprecia todo esto y apresta sus recursos muy influyentes para continuar sus banalidades autoritarias apoyadas por una burocracia oficial sometida a los designios empresariales. Jumex power cuenta también con la ignorancia histórica de los movimientos populares, los sindicatos y las organizaciones contestatarias. En la víspera del bicentenario de 1810 y del centenario de 1910, la situación de la Sala de Arte Público Siqueiros señala la renuncia del INBA y CONACULTA a reivindicar la vida y obra de quienes construyeron la tendencia estética y artística libertaria más importante de la historia.

Presidentes Cómplices al Ataque

julio 22, 2009

PRESIDENTES COMPLICES AL ATAQUE.

Alberto Híjar.

Indiciado con otros quince como terrorista y apólogo del delito por los membretes de ultraderecha Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública (sic) y Mejor Sociedad, Mejor Gobierno, siento las pisadas de la bestia fascista movida por dos presidentes espurios: Uribe y Calderón. Del primero tuve noticias cuando lanzó su primera campaña presidencial y Narco News documentó de inmediato su financiamiento por narcotraficantes y paramilitares desde que fuera alcalde de Medellín y después gobernador de Antioquia. Del segundo sufro su afán de legitimación con un Estado devastado y desprestigiado pero previsor de tiempos peores al militarizar la frontera norte como parte de la Iniciativa Mérida y la incorporación de la Armada en los ejercicios del Comando Norte. La estrategia de preservación del poder a toda costa ha implantado el pánico social y se ha aliado a las televisoras más poderosas y mentirosas.
Jamás he estado en Colombia y se de las FARC tanto como he podido leer en revistas, libros y videos para saber como va la lucha armada ante un Estado inmerso en la delincuencia mayor dirigida por diputados, alcaldes y funcionarios de alto nivel quienes mes con mes escandalizan a su aterrado pueblo. Tengo mis antecedentes porque un doctor en Estudios Latinoamericanos y yo fuimos acusados de terrorismo por el embajador colombiano de larga trayectoria como protector de impunes delincuentes de Estado por presentar el interesante libro de cuentos La luna del forense del guerrillero colombiano Gabriel Ángel. Para acabarla de amolar, la presentación fue en el Café Villa que los Hermanos Cerezo Contreras mantenían con muchos esfuerzos para sostener la defensa de sus tres encarcelados hoy en libertad después de un largo e irregular proceso que los mantuvo en prisión de alta seguridad. Poco después, un periódico publicó un reportaje de ilusorios contactos de las FARC con estudiantes mexicanos. En fin, la Democracia Cristiana y los Estados fallidos están dispuestos a perseguir a cualquier interesado en la historia actual con la resistencia popular incluida.
Ahora deportan sin derecho a apelación al distinguido académico colombiano Miguel Ángel Beltrán Villegas quien estuvo en la prestigiada Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y valido de un convenio entre su Universidad de origen y la UNAM, ha realizado su doctorado en la UNAM. Al solicitar la renovación de su condición migratoria fue detenido y deportado de inmediato sin que hubiera solicitud alguna del gobierno colombiano, según ha declarado el vicepresidente de Colombia. La abogada Pilar Noriega, prestigiada defensora de presos y perseguidos políticos, compañera de arduas defensas con Digna Ochoa, ha señalado la improcedencia legal de la deportación y la plana mayor de la División de Posgrado y la de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, han protestado por el injusto tratamiento del cumplido profesor con larga trayectoria académica en México por no menos de quince años. Alguien debiera explicarle a Uribe en campaña para su tercera reelección en Colombia, que una organización como las FARC exige militancia de tiempo completo que el profesor Beltrán no pudo haber cumplido por su trabajo académico de redacción de informes, preparación de exámenes, participación en seminarios, todo lo cual impide su candidatura como revolucionario profesional.
El despliegue televisual del caso, las cámaras en los lugares prohibidos son señales de su inclusión en la articulación del Plan Colombia con el Plan México en marcha. El gobierno de México deporta, avisa, y Uribe se apresura en agradecer, todo para los noticieros televisuales, ¡qué bonita familia! Se trata de aterrar a todos y todas las interesadas en estudiar las luchas armadas. Otra vez se nombra al comandante Raúl Reyes, responsable de relaciones internacionales de las FARC asesinado en la impune masacre de Sucumbíos donde el ejército colombiano, apoyado por las fuerzas yanquis de la base de Manta, violó el territorio ecuatoriano y asesinó a no menos de veinte combatientes y a cuatro estudiantes mexicanos. La sobreviviente Lucía Morett es ahora tratada como delincuente y no como víctima y testigo al ser sometido a proceso en Ecuador que solicita su deportación y como la Procuraduría General de México mantiene vivas las denuncias de hechos de dos membretes de ultraderecha, podría ser deportada.
Asesor de las FARC dice el jefe de la policía colombiana del profesor Beltrán y uno piensa en las decenas de asesores nombrados por el EZLN y entonces recuerda que mientras las FARC tuvieron representación oficial en México, Beatriz Paredes, gobernadora de Tlaxcala en aquel entonces, organizó un encuentro en La Trinidad a donde fueron representantes de los partidos políticos financiados por el Estado mexicano y hubo quien aceptó la invitación para ir al campamento de Raúl Reyes. Resulta ridículo que entre los inculpados por los leguleyos Velasco Arzac y José Antonio Ortega a nombre de sus membretes, esté Gustavo Carvajal, priísta con 150 kilos de peso que ciertamente fue comisionado del PRI ante las FARC.
Por estos días, un fotógrafo de movimientos sociales en América promueve su exposición Tiempo real que ha dado lugar a una serie en History Channel. Holdman Morris premio Human Rights Defensor 2006, fue arrestado en Colombia a raíz de la liberación de rehenes en febrero y la HRW y un comité para la protección de periodistas protestaron de inmediato por la violación a la libertad de expresión pese a lo cual fue inculpado de pertenecer a las FARC. De modo que, compañeros estudiosos de lo que está pasando en América, revisen sus libreros y colecciones de videos, sus computadoras amenazadas de incautación por las denuncias de hechos de los ultraderechistas, porque el decreto de la alerta sanitaria dice que su casa puede ser invadida y sujeta a revisión. Una cosa lleva a la otra en esta crisis donde a los Estados fallidos sólo les queda gobernar por el terror y la demagogia. Aviso de última hora: Jacobo Silva Nogales no ha sido puesto en libertad como debiera ser por los amparos ganados y la pena compurgada, sino ha sido enviado al penal de Nayarit despojado de todo.

Futbol y Soberanía

julio 4, 2009

FUTBOL Y SOBERANIA

Alberto Híjar.

En los movimientos de liberación nacional la lucha por la simbolización es estratégica. Opone el sentido patriótico y nacionalista a la retórica neoliberal de las soberanías liquidadas por la globalización. También la izquierda radical reprueba los nacionalismos y recoge la bandera internacionalista tan cara a los revolucionarios antiimperialistas. Ahora, frente al Imperio como control financiero del mundo, poco sirven los nacionalismos. Pero justo es en la lucha por la significación y la simbolización en donde se concreta un punto social en defensa del Estado benefactor y populista. Hugo Chávez vende petróleo a Estados Unidos, ni modo, pero cada que puede levanta la voz bolivariana. Bueno sería cumplirle al Manifiesto Comunista donde dice que los proletarios no tienen patria (se las niega todo el tiempo) pero son la única clase capaz de concretar un proyecto nacional.
Es este un preámbulo necesario para manifestar el apoyo al fútbol boliviano. La FIFA pretende desafiliar a la Federación Boliviana o al menos prohibir partidos internacionales en canchas a más de 3 500 m. de altura. Como Estado soberano que lo es, la FIFA pasa por encima de leyes y reglamentos al propiciar los enormes contratos de los torneos mundiales y regionales donde mandan la industria del espectáculo y el turismo. Por esto la Olimpiada fue en Beijing con todo y su escandalosa contaminación en el Distrito Federal otra de las ciudades más contaminadas del mundo. En cambio, a Bolivia hay que vetarla. Evo Morales a quien le gusta el fútbol y lo practica, rápido se fue a jugar en las alturas andinas para probar que se puede y no pasa nada. El gesto es de soberanía nacionalista y patriótica, de derecho internacional para impedir la discriminación, pese a que el entrenador de Bolivia celebre enfrentarse al equipo dirigido por Ericson quien lo entrenó en su paso por Inglaterra.
Del equipo mexicano ni siquiera puede ya alegrarse el lugar de nacimiento de sus jugadores y qué bueno. Lo cierto es que está manejado como empresa donde Televisa es principal socio. Muy bien pagados, los jugadores juegan por México como lo hacen por algún equipo europeo o de los torneos en México. Hacen trampa cuando algo afecta sus intereses, como el capitán Rafa Márquez que se hace expulsar al final de los partidos perdidos para ganarse la suspensión y no tener que viajar de Barcelona a México o Estados Unidos. Para esta selección, por más patrioterismo concretado en los grotescos sombreros de palma, las camisetas verdes, las pelucas y cornetas y las pintas tricolores en los cuerpos, lo cierto es que lo más importante es el tiempo de transmisión televisual, los anuncios, la venta de recuerditos, las mil reproducciones de los jugadores, en fin, todo aquello que favorece el mercado de símbolos hasta la reducción del deporte a mercancía.
Por esto, ojalá Bolivia gane o empate porque para el país que tiró presidentes para elevar a un dirigente indígena al poder, el fútbol es cuestión de soberanía nacional que todavía cuenta porque el Imperio no se opone al imperialismo sino lo incluye. El derecho al fútbol, la expulsión de diplomáticos yanquis de la CIA, la defensa de la hoja de coca como cultivo tradicional, con causas concretas de lucha por la soberanía nacional constantemente amenazada por la dictadura global.

14-II-74

julio 4, 2009

14-II-74

Alberto Híjar.

Algo está pasando, nadie responde y La Prensa dice que fue sorprendida ayer una casa de seguridad en Monterrey. Ya fui a Nepantla y está llena de soldados y judiciales. Aurora, mi responsable, se veía muy preocupada pero no perdía la iniciativa para garantizar la seguridad de la organización. Por lo pronto, me dijo, ve a tu trabajo y a medio día te llamo porque pudiera ser que tengas que quedarte conmigo. La mañana del Día del Amor pasó rápido en el Departamento de Promociones Sociales de la Secretaría del Trabajo donde la hacía de jefe. Al fin de la mañana caí como el más tonto en la trampa del director, mi amigo Miguel González Avelar, quien envió a su ayudante a pedirme un currículum vitae rápido, a mano, porque lo necesitaba con urgencia. Soplón y apocado, despreciado por mis colaboradores, el triste enviado llevó mi escrito. Lejos estuve de imaginar que serviría para comparar escritura y datos con el que encontraron los asesinos en la Casa Grande de Nepantla de la que ahora tenía la primera noticia. Las relaciones amistosas priístas de González Avelar con el Procurador Pedro Ojeda Paullada y con funcionarios de Gobernación como Manuel Bartlett, facilitaban los cruces de información. Caro pagaría el error de poner por escrito mis méritos revolucionarios, no mis estudios, no mis escritos, sino aquello que probaba mis acciones subversivas. González Avelar diría años después que el currículum es un género literario y en mi caso había narrado sólo la parte clandestina de mi doble vida.
A mi regreso a casa, casa alquilada en el centro de Contreras, se acrecentó la angustia. Sabía que el telefonema inminente podía separarme de mi esposa y mis cuatro hijas. Mi hermana ocho años mayor que yo, comió con nosotros y lejos estaba de imaginar mi sufrimiento. Sus trabajos de buena profesora de historia de México, especialista en Revolución de 1910 y en particular de Zapata, no alcanzaban para prever nada fuera de lo normal. Recostado en la pequeña recamara fui sorprendido por cuatro hombres armados que aventaron a Verónica con sus seis frágiles años al abrir la puerta. Hubo un accidente de tránsito y tiene que ir a declarar, repetían a mis desesperadas mujeres que me vieron desaparecer en el interior de una camioneta. Supe después que mi hermana corrió a su coche y los siguió sin alcanzarlos para su buena fortuna.
Traté de conversar sorprendido por lo bien que salieron de la retorcida salida de Contreras. Realmente era asombroso el encuentro de Privada Hilda nombrada así por la casera en homenaje a su hija. La calle angosta sólo tenía un número, el uno correspondiente a la única casa en la sucesión de pequeñas escalinatas empedradas para subir y bajar al centro de la delegación.
Al llegar a Gigante en la calle de San Antonio, cerca aún del Anillo Periférico Sur, se detuvo la camioneta y un auto que la escoltaba. Vamos a hablar por teléfono, al rato regresas cuando se aclare todo, dijeron los que bajaron a comprobar que nadie nos seguía. Ahora tírate de boca en el piso y no te muevas, ordenó el de la voz mientras sentía las patas de mis enemigos en mi cabeza, espalda y piernas.
Inicié la cuenta de los segundos con la ilusa pretensión de medir el tiempo y saber del lugar a donde me llevaban. A la par, hacía el recuento de mis colaboraciones recientes con las Fuerzas de Liberación Nacional y de mis conocencias dentro de ellas. Ninguna casa de seguridad podría ser señalada por mí porque cuando ingresaba para algún curso o reunión con la dirigencia, permanecía con los ojos cerrados hasta que ya estaba adentro. En cuanto a compañeros, la clásica triangulación del responsable, el que me propuso y yo, había sido rota por las inclusiones promovidas por mí. Pero la relación de uno a uno entre el responsable y el nuevo, garantizaba la compartimentación en beneficio de la seguridad de todos, aunque no siempre. Recordaría La Batalla de Argel donde el coronel Mathieu va reconstruyendo en un pizarrón los triángulos del Ejército de Liberación Nacional de Argelia. Así, entre sobresaltos por lo hecho, la incertidumbre de mi destino en sentido amplio y la sensación de impotencia irremediable acompañada por el ostensible menosprecio con el que era tratado, llegamos. Sentí las maniobras de acomodo del coche y recibí la orden de no moverme ni alzar la cabeza. Un largo rato después fui bajado para entregar mis escasas pertenencias. El capuchón de grueso vinilo negro y el amarre de las manos tras la espalda, me transformaron en bulto conducido por una escalera para sentarme en una silla. Intercambios soeces y algún coscorrón y tocamiento de mis escuálidas nalgas, ratificaron a los poderosos y a mi estado de indefensión absoluta. Ni hambre, ni sed, ni necesidades fisiológicas, interrumpieron mi condición. Iba a decir ensimismada pero no, porque ahí estaba la represión con todo su poder para exigir el recuerdo imaginario de lo hecho para las Fuerzas de Liberación Nacional que tendría que ocultar.
El primer interrogatorio sin capuchón, en un pequeño despacho con un escritorio tras el cual estaba un moreno chaparrón de grandes anteojos negros protegido por un hombre con arma larga a su costado, concretó la situación. ¿Usted escribió esto profesor? dijo mostrándome mis dos currícula. Ante la respuesta afirmativa de haberlo escrito para unos estudiantes que me lo pidieron y para el director de Previsión Social de la Secretaría del Trabajo, siguió, no se si en esa sesión o en otra, la presentación de una serie de fotos para ver a quien reconocía. Ahí estaba Aurora. Respondí dubitativo describiendo encuentros esporádicos ilusorios imposibles de precisar entre las decenas de estudiantes atendidos en la Universidad de Puebla. A su señal, el capuchón regresaba a mi cabeza para ser conducido escalera arriba a otro cuarto donde era recibido por un golpazo en el vientre al que seguían muchos más en el torso entre insultos y amenazas. Descubrí que una sala de tortura puede parecer un lugar de descanso y adiestramiento físico. Nada respondía y era regresado a mi silla mientras escuchaba uno que otro grito en el trayecto por la escalera.
Valió madres el tiempo. Ni cansancio ni dolor interrumpieron la acelerada búsqueda de declaraciones verosímiles. Nada de comer ni de lugar de descanso, sino la indicación de que dijera uno, dos o tres según quisiera orinar, defecar o vomitar. Alguien me llevaba al sanitario y hacía guardia evidente frente a mí. La asfixia de mis exhalaciones tibias me mantenía en una especie de somnolencia difícil de vencer.
La siguiente conducción al interrogatorio fue para que hablara de mis contactos. Narré mis relaciones docentes con la agitada Universidad Autónoma de Puebla, la reciente Escuela Popular de Arte en especial. Inventé que ahí me habían pedido colaborar para la lucha por lo que entregaba arroz y fríjol de vez en cuando. Traté de convencer a mi interrogador de la imposibilidad de recordar los nombres de mis alumnos, en especial de quienes solicitaron mi currículum vitae revolucionario. No bastó el argumento de los cientos de alumnos que he tenido desde que empecé a dar clases en 1960. Otra vez las fotos, otra vez mi actitud dubitativa: pudiera ser pero creo que no. En una de esas, una foto de lo hallado en Nepantla con un tambor de sulfato de potasio que yo había comprado y seguro estaba lleno de mis huellas despertó mi preocupación por lo que ocurriría si rastreaban evidencias de esa naturaleza o de la licencia para comprar balas que para mi fortuna registraba a mano un soldado casi analfabeta en un maltratado libro. Alerta máxima exigía la situación en espera de lo peor para no ser sorprendido. Interrogatorio y golpiza incorporaron una novedad: alguien escupió en mí desnuda espalda en preparación supuse, de tortura eléctrica. Soporté impertérrito el peso de quien gustaba pararse sobre mis pies para no evidenciar el dolor en mi dedo medio defectuoso.
En mi rincón descubrí que con leves movimientos podía girar un poco mi asfixiante capuchón. Lo hice hasta dar con la costura que resultó una sucesión de agujeros estenopeicos correctores de mi miopía hasta el punto de ver un poco hasta donde me dejaba el astigmatismo. De casi nada me sirvió la estratagema pero son esos pequeños triunfos los que animan. Vi a un judicial gordo y quemado quejándose del viaje obligado a la Selva Lacandona. En mi subir y bajar a ciegas y a empujones, algún grito ratificaba la tortura en la cárcel clandestina.
Involucré en los interrogatorios a compañeros que nada tenían que ver con las FLN, sino con otras organizaciones, una de colonos, otra con pasado revolucionario y otra más con una representación diplomática citada en mi currículum vitae. Cuando dejé de ser desaparecido y fui encerrado en solitario en un separo de la Procuraduría General de la República, pude darme cuenta que dos de los involucrados ahí estaban. Supe que habían sido maltratados y uno de ellos me gritó hasta que contesté su afectuoso saludo. No se si nunca entendió o entendió hasta el punto de disculparme. Después supe que lo soltaron y quien sabe como les fue en sus empleos remunerados. Pagaron justos por pecadores.
Pero ya adelanté vísperas. Hubo un interrogatorio final que no excluyó la golpiza. El sabelotodo sacó su pistola, la puso sobre la mesa y me preguntó el calibre para recibir por respuesta mi ignorancia sobre armas y balas mientras un flashazo memorioso repasaba los precisos dibujos de arme y desarme que copié de un instructivo yanqui para ilustrar un manual de las FLN. El interrogador se mostró enojado y didáctico: usted no habla claro profesor, todo se le va en pudiera ser, quien sabe, a lo mejor. Esta gente se disfraza, usa pelucas y bigotes, se pone otros nombres y establece relaciones trianguladas con quien enlaza, el responsable político y el reclutado. Supe entonces que había vencido al sostener mi declaración de que toda mi colaboración era más bien filantrópica y mi currículum vitae no tenía otro fin que informar de algunas actividades subversivas sin más sentido que la satisfacción personal. Usted es marxista-leninista, dijo el interrogador, lo cual me permitió una disertación mareadora concluida en que más bien era marxista interesado en la estética y la historia para contribuir así a la impaciencia enojada del interrogador fallido. Había ganado la batalla hablando más de la cuenta sobre situaciones y personas que nada tenían que ver con las FLN. Asombro y susto me causaba el conocimiento del interrogador idéntico al jefe policiaco burócrata en su holgada silla creado por Fontanarrosa en Boogie El Aceitoso. Nada más sobre la frecuencia radial de la policía averiguada por mí y nada sobre lo encontrado en Nepantla.
A partir de ahí fui llevado a un cuarto de cuatro por cuatro con dos ventanas cubiertas por persianas. Cual niño castigado y ya sin capuchón ni amarras, fui sentado viendo al rincón. Un librero con literatura marxista, trotskysta y leninista exigió pedir permiso para curiosear, lo cual concedió uno de mis jóvenes vigilantes nada dispuesto a conversación alguna. Al igual que sus relevos, podía pasar como estudiante de universidad privada. Un jovencito que traía tortas y refrescos y me convidó, tiraba en un rincón los periódicos de ayer. Esto me enteró de los primeros desplegados denunciando mi secuestro y desaparición. Aparecieron artículos editoriales sobre mi caso. Angélica Arenal, la viuda de Siqueiros, atribuía todo a la herencia del comunista pintor quien me puso como garante de continuar su lucha ideológica antes de morir en Cuernavaca el 6 de enero de 1974.
Una noche me cuidaba un jarocho hablantín. Ruidos de gatos en celo lo llevaron a las persianas, movió una de ellas y afirmó ¡pinches gatos!. Paso a paso me acerqué diciendo cualquier cosa y en espera del golpe que me regresaría a mi rincón. Pero llegué a la otra ventana y también subí una persiana para ver la calle única de Guaymas que va de Avenida Chapultepec a la calle de Puebla, rumbo bien conocido por mí porque estaba al lado de la grande y bella vecindad donde vivía una novia y exalumna de la Casa del Lago. Más allá, la antena de Televisa ratificó mi ubicación en la primera calle de Morelia, Circular Morelia en ese tramo con un jardincito. Otro pequeño triunfo inútil.
Vuelta al capuchón para ser conducido con otros secuestrados hasta una azotea. Fui conducido a un despacho donde al descubrirme, me encontré con Miguel Nazar Haro de pie, con traje deportivo, quien me miró con sus verdes ojos de bestia en acecho. Usted es el profesor Alberto Híjar dijo y respondí que sí. Con un movimiento de cabeza y mano ordenó mi retirada. Vuelta a la azotea donde a los tres nos sentaron en la base de un tinaco. La posibilidad de la muerte accidental se hizo presente pero en cambio, descendimos hasta el piso principal. Mis escasas pertenencias disminuidas me fueron regresadas no sin preguntarme si faltaba algo. Los custodios civiles me animaban porque todo había terminado y querían saber donde me dejaban. Respondí cualquier cosa mientras imaginaba la aparición de mi cadáver en algún bordo o barranca. En un auto grande y viejo nos subieron a cuatro. Uno de ellos de barba crecida y cerrada parecía delincuente mayor. En realidad era un modesto peluquero, según supe después. Pedía en silencio que no me tocara de compañero. Nos llevaron a los separos de la Procuraduría General de la República a un costado de La Alameda que los temblores de 1985 derrumbaron. Me negué a firmar la cédula de ingreso porque afirmaba mi buen estado físico. El encargado accedió a registrar moretones y magulladuras menores ante el torso descubierto por mí para que viera las huellas de las golpizas. Una amplia celda como de 4 por 4 metros con un agujero sanitario en el piso y una plancha pegada a la pared, fue mi habitación cerrada con la mirilla abierta, después del fichaje con fotos, toma de huellas y características corpóreas.
Escuchaba trinos de pájaros incitadores de la cursilería gastadísima de la libertad, mientras husmeaba por la mirilla para descubrir en el pasillo a un burócrata revisando unos cuadros grandes recargados en la pared. Traté de conversar en vano pese a descubrirle mi profesión de crítico de arte. Creo que ha sido la única ocasión en que la he ostentado porque habitualmente me apena. Una tarde escuché los llamados del ingeniero dirigente de colonos y jefe de Seguridad Industrial de la Secretaría del Trabajo. Respondí a sus llamados y eso lo animó a ampliar el saludo al que sólo me atrevía contestar con monosílabos. En una de esas, un jovencito con aspecto de humilde mandadero recibió mis reservas económicas de unos cuantos pesos para que me comprara cualquier libro de bolsillo del puesto de periódicos más cercano. Me trajo Las almas muertas de Gogol en un involuntario acto de humor negro. Como al tercer día, fui sacado y otra vez me preparé para la muerte. En una oficina estaba mi esposa con mi concuño, exdirigente comunista de la UNAM. En el abrazo pedí a ella que destruyera las credenciales guardadas dentro del forro de un morral. Mi concuño me hizo ver que entre los judiciales presentes estaba Pichojos Pérez un famoso futbolista retirado cuyo padre fue de los legendarios Once Hermanos del Necaxa. Rápido me enteraron de la deferencia del Procurador obligado por las múltiples y variadas presiones que exigieron garantizar mi buen estado físico. Una escolta los condujo conmigo. No se si el mismo día o al siguiente hube de firmar una declaración más bien exculpatoria, distinta a la que fui obligado a leer frente a una grabadora en la casa de tortura. Dejaba de ser desaparecido político al igual que los 14 de la red de Monterrey y los dos sobrevivientes de Nepantla a quienes empezaba a conocer.
La mañana siguiente, fuimos otra vez subidos en varios coches y mientras miraba de reojo calle, plazas y vegetación, llegamos a Lecumberri. La recepción estuvo a cargo de un personaje de aspecto tan bestial como aquel hombre muy corpulento y con cuello de toro que en la primera película de James Bond portaba bombín que le servía como arma voladora. El ayudante principal del vicioso general Arcaute, director de la prisión a quien nunca vimos, nos advirtió sobre la disciplina incorruptible mientras yo entrecruzaba gestos burlones con una compañerita frente a mí que me respondía con esbozos de sonrisa. En la marcha hacia una oficina pude darle unos gajos de naranja que no se de donde había sacado en el trayecto donde iba recogiendo todo lo que se me atravesaba: vasos y cubiertos de plástico usados, papeles, historietas y libros porno de bolsillo. Luego de otro fichaje, nos llevaron a la crujía y nos ubicaron en el piso superior, cuatro por celda cerrada todo el tiempo. Celda amplia como de 4 x 3 metros con una pequeña ventana muy arriba de la doble altura, muros de gruesa lámina que sonaba en las noches por los caminos de las ratas y dos literas. Mis ejercicios de karateca impresionaron a los compañeros a quienes invité a seguirme para acelerar el alivio de nuestros maltratados cuerpos dictaminados en perfectas condiciones por el miserable médico muy joven que nos revisó. A la friega semejante a la mía, los de Monterrey soportaron el traslado en el piso de camionetas desde allá. Los compañeros peluqueros sorprendidos en su trabajo por los judiciales, resultaron buenos receptores de mi plática sobre Althusser y el marxismo poststalinista. La primera comida si así puede llamársele a un plato de lámina con divisiones para unos cuantos frijoles negros y duros en agua sucia y un trozo de pellejo de carne, valoró mi dotación de cubiertos y papeles. Pegados a la mirilla abierta, había turno para leer las historietas y los librillos de fotonovelas. Una madrugada fuimos violentamente despertados para llevarnos a hacer nuestras necesidades fisiológicas. Al salir corriendo de la celda estrellé mi brazo izquierdo contra la puerta de la mirilla. La sangrante herida ahí quedó y no me la toqué hasta que salí de prisión. No es divertido usar un excusado sin puerta ni pared al lado del vecino en los mismos menesteres.
A mi pesar, me gustaban los despertares con la banda de guerra para rendir honores a una bandera también invisible. El desayuno en el patio podía completarse con bolillos extra que por supuesto costaban dinero. Fui llamado, un custodio abrió la puerta y en el patio estaban mi esposa y mis dos hermanas. No pude evitar decirles un ¡sáquenme de de aquí!. A la mayor, católica, apostólica y romana, le pedí que me comprara gelatinas para saciar la sed intensa producida por las descargas de adrenalina. Desapareció y luego de un buen rato me dijo que en su recorrido por medio Lecumberri entre provocaciones de todo tipo, pudo conocer un poquito de aquel infierno donde consiguió las gelatinas que a mi regreso al encierro repartí rápido en las dos celdas compañeras. Me informaron de las movilizaciones en Ciudad Universitaria, de los desplegados, de los artículos editoriales, de las intervenciones en el Consejo Universitario donde el Consejero de Derecho Raúl Cervantes Ahumada leyó los artículos constitucionales sobre las garantías individuales para exigir que la UNAM se ocupara del profesor desaparecido, de las visitas al Procurador a quien mis compañeros del Autogobierno de Arquitectura dejaron con la mano extendida al final de su visita. Supe después del allanamiento de mi casa para fotografiar libreros y rincones sospechosos. Luego que se fue mi visita, fui llevado con un preso peluquero que me dejó el pelo muy corto como a mi me gusta. Ya afuera, Angélica Arenal se indignó por el corte militar.
En la mañana siguiente, un custodio amable me condujo a la primera puerta entre felicitaciones porque iba a salir y a ver si le dejaba algo. No le creí y otra vez me preparé para lo peor. De puerta en puerta fui respondiendo a preguntas de control: segundo apellido, edad, lugar de nacimiento. Después del cuarto para las tres llegué a la rejilla de prácticas donde el secretario del juzgado me leyó mi auto de formal prisión del que no entendí sus efectos y me negué a firmar, mientras un hombretón de traje y corbata, salía apresurado. Era un ayudante de Enrique Ortega Arenas apostado para avisarle de mi presentación. El abogado de presos políticos de izquierda, llegó jadeante para explicarme que Angélica Arenal de Siqueiros le había confiado mi defensa. Ya no puedo hacer nada hoy, maestro, porque van a dar las tres de la tarde y cierran el juzgado, lo hicieron a propósito, cuídese esta noche y yo le garantizo que mañana estará usted fuera porque a primera hora depositaré la fianza por el delito de conspiración. Fírmele profesor, aguantemos aquí hasta que me corran. Comuniqué a mis compañeros de celda la buena nueva no sin pesar porque ellos se quedaban.
Cerca de la medianoche fuimos levantados a gritos y empujones. Nos formaron en el patio y un jefe de custodios bigotón nos explicó que íbamos a lavar los pisos. Tomó un balde con agua y dijo al arrojarlo sobre mí: van a echar agua y luego con este cepillo cuya punta hundió en mi vientre para derribarme en el charco, van a restregar y a secar con estas jergas. Podemos presumir de haber trapeado a rodilla todo Lecumberri entre cubetadas de agua helada, golpes, patadas, insultos apenas atenuados por mis compañeros que decían bajito ¡aguante profesor, ya falta menos!. A punto de desfallecer, fuimos regresados al patio de nuestra crujía donde un preso con el rostro tumefacto intentaba lavar en la pileta central un altero de platos de aluminio. A cada movimiento que hacía correspondía un gesto de dolor. Me acerqué a ayudarlo y retrocedió atemorizado. Con la mano le indiqué mi retirada sin más. No sabía que era Napoleón Glockner sorprendido con su pareja en la casa de seguridad de Monterrey. El relevo de los custodios sustituyó la tregua por más violencia.
Herido en brazo y rodillas empapado y aterido, fui conducido hacia la libertad bajo fianza. Entre felicitaciones y bromas de mis compañeros, a uno le di mi chamarra de piel de venado de Chiapas y a uno de los peluqueros sorprendido con mocasines de charol blanco, le dejé mis zapatos. Los suyos me quedaban muy chicos y con ellos en la mano recorrí puertas hasta llegar a la oficina central llamada Detal no se por qué, donde cumplí con firmar papeles ante la presencia de un reo muy pendiente de todo. Me acompañó hasta la última puerta donde me pidieron mi boleta de libertad que no llevaba. No se mueva profesor y salió corriendo para regresar con ella en la mano. En la calle me esperaba Enrique Ortega Arenas porque el reducido grupo de familiares y amigos estaba en el jardín de enfrente ayudando a uno de ellos que había dejado adentro las llaves de su coche. Habían sido advertidos por el Procurador de no hacer ninguna demostración callejera porque había conmemoraciones del asesinato de Madero y Pino Suárez el 22 de febrero de 1913.
Con las dolorosas rodillas infectadas al aire inicié mi nueva vida con el daño psicológico profundo apenas confortado con una felicitación de las FLN y las visitas afectuosas. Mientras salía caliente el agua, quemé más papeles. Tuvieron que llevarme con Ojeda quien en una austera y elegante sala de juntas amenazó con acusarme por traición a la Patria. Órale güey, pensé, hazme héroe. Tiene usted muy buenos amigos profesor, pero la próxima no va a contarla sentenció. Insinuó que volviéramos a platicar y me dio sus teléfonos a toda hora. Ni loco hubiera regresado. No pueden perdonarse los cinco acribillados en Nepantla, ni los no menos de nueve asesinados o desaparecidos en la selva de Chiapas incluyendo al dirigente César Yáñez, ni los miembros de la familia Guischard, Blaistein y otras que atesoran fotografías de sus ausentes. El Secretario del Trabajo, Porfirio Muñoz Ledo, envió a mi casa al director jurídico a decirme que no renunciara y que me esperaba pronto. Su tesis era que todo era un complot para impedir su candidatura presidencial y que ya ni le moviera. Al mes, ya sin él en la Secretaría, me levantaron un acta de abandono de empleo. La rodilla izquierda tardó en sanar tres penosos meses en que no resistía ni el roce del pantalón. Mi cojo caminar aterrado recibió la solidaridad de compañías de tiempo completo. El Autogobierno me recibió con una gran manta y dos voluminosas carpetas dan cuenta de artículos, reportajes y desplegados solidarios, todo arreglado en mi casa transformada en centro de documentación y solidaridad. En la firma de los lunes en el Juzgado volví a toparme con Napoleón y Nora para sólo mirarnos sesgados. Cuando encontraba a los regiomontanos compartíamos el gusto de vernos. Nunca vimos al juez corrupto y por consigna superior Eduardo Ferrer Macgregor. Aproveché para escribir mi tesis profesional y graduarme en filosofía. Mis casi tres años de militancia en las FLN llenaron mis reflexiones en el tiempo libre. Seis meses después volvieron a contactarme.

El FASCISMO NUESTRO

julio 4, 2009

EL FASCISMO NUESTRO
Alberto Híjar.
La última instancia militar es aplicada por un gobierno cuando advierte cancelados los recursos políticos de gobernabilidad. Cuando esto se articula con una crisis financiera y la aplicación de protecciones de Estado a los grandes consorcios en lugar de proteger a los trabajadores quienes son reprimidos y desorganizados, se está construyendo el fascismo. Su símbolo es elocuente: un haz de flechas atadas, unidas, listas para ser usadas. Las proclamas de unidad nacional pretender unir las armas con el Estado y la sociedad, pero el terror de Estado sólo consigue el apoyo de grupos de la alta burguesía afectada por los secuestros y el bandidaje. Por esto, en los viejos tiempos de reflexión crítica a las dictaduras sudamericanas y centroamericanas, se calificó de fascistoides a estos Estados sin apoyo masivo.
Por tanto y ante la crisis bajo dominio yanqui, mejor será para los Estados y gobiernos construir un régimen previsor ante la certeza de que todo será peor para los trabajadores. La Iniciativa Mérida extiende el Plan Colombia, la integración al Comando Norte y la ASPAN hacen de la seguridad nacional una garantía contra las defensas auténticas de la soberanía, esa noción aparentemente anacrónica en tiempos de globalización cuando no queda más que adecuarse a los dictados del súper gobierno del FMI, BM y OCDE. Como todo esto es inocultablemente antipopular, la última instancia militar es medida de urgente aplicación con un control estricto de población. Las nuevas policías, ministerial y federal poseen poderes sustitutos del Ministerio Público y pueden intervenir teléfonos y computadoras, invadir domicilios y aprehender sin rendir cuentas a nadie.
Los operativos del norte con el ejército en calles y plazas violando todo derecho y la alerta sanitaria exitosa, son acompañados ahora por la guerra psicológica propia de la CIA. Se trata de desalentar la reflexión sobre las organizaciones político-militares revolucionarias y para ello, hay una cuidadosa selección de inculpados con características ejemplares. Hay incluso un perfil físico: han de ser hombres maduros, cuarentones, morenos, si con barba corta mejor, pelo negro no muy largo y sin demasiado cuidado y con posibles antecedentes guerrilleros, así sea por sus intereses académicos o por su lugar de origen. Sobre esta base, ocurre el arbitrario traslado de Jacobo Silva Nogales al Penal de Alta Seguridad de Nayarit en lugar de liberarlo una vez que ha ganado al igual que su compañera Gloria Arenas Agís, los amparos contra los delitos graves y el resto está compurgado luego de nueve años de prisión. El excomandante Antonio del ERPI y la exocoronela Aurora son rehenes para desalentar cualquier acción de sus excompañeros, aunque los del EPR ofendidos por la desaparición de dos de sus militantes en Oaxaca hace dos años, hayan sido contradichos en su estrategia y táctica con la escisión del ERPI. El despojo de todas sus pertenencias, la imposibilidad de la visita familiar y la atención de su abogado y el aislamiento hacen de Jacobo Silva un preso político despojado de todo derecho. Compartió celda unos meses con Ignacio del Valle dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de Atenco, sentenciado a 112 años de prisión. También en La Palma están Héctor Galindo y Felipe Álvarez sentenciados a 46 años y otros diez sufren injusta cárcel en Texcoco, mientras la Comisión Nacional del Agua compra, cerca y militariza como propiedad privada los terrenos que defiende el FPDT a efecto de desarrollar el proyecto turístico de Peña Nieto, el gobernador culpable de los crímenes en Atenco. Rehenes son también los diez zapatistas presos en Chiapas y los de otros movimientos de autodefensa reducidos a las movilizaciones de denuncia, al igual que los familiares de los cuatro estudiantes masacrados en la invasión del ejército colombiano con apoyo de la base yanqui de Manta a Sucumbíos en Ecuador. La Doctrina Bush de justificar masacres y torturas en función de los resultados, es cumplida por el presidente colombiano Álvaro Uribe en campaña electoral para su tercera reelección pese a las abundantes inculpaciones a sus funcionarios por apoyo a los paramilitares y al narcotráfico. Feliz encuentro el de Felipe Calderón y Uribe en Colombia con una escena que ni a Michael Moore se le hubiera ocurrido: el matrimonio Calderón y Uribe con luces navideñas encendidas en la mano al clausurar el Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo (sic) en Medellín el 29 de mayo. La vieja consigna contrainsurgente de arrebatar banderas hace que los ávidos de reconocimiento planearan este congreso y lo animaran con el secuestro del doctor Miguel Ángel Beltrán Villegas quien llevaba un año de ires y venires a la Secretaría de Gobernación de México para renovar su permiso de estancia académica cumplida con todo rigor en la división de posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Casi siempre lo acompañaron abogados de la Rectoría de la UNAM quienes nada pudieron hacer para impedir la violenta deportación instantánea e ilegal. Tremendo terrorista ha sido entregado por el presidente Calderón a Colombia, se apresuró a declarar Uribe y a repetirlo cada que puede para enaltecer al espurio como él. Gracias a quienes abuchearon a Uribe y gritaron ¡fraude! cuando fue nombrado Calderón en la toma de posesión de Mauricio Funes exlocutor de la sucursal de Tv Azteca en El Salvador quien promete portarse bien y guiña el ojo a la Secretaria de Estado yanqui presente en el acto. Pero ojo intelectuales críticos, el doctor Beltrán Villegas es un ejemplo de lo que puede afectarles.
Los dieciséis inodados por dos membretes ultraderechistas ante la PGR de México, son nombres en resguardo para el desaliento de la crítica. Ahí están desde Rosario Ibarra hasta Gustavo Carvajal el priísta fiel con sus 150 kilos de peso. No faltan intelectuales como Gilberto López y Rivas, Carlos Fazio y Alberto Híjar. Las mujeres también deben ser aterrorizadas por lo que América del Valle permanece escondida con su carrera universitaria trunca al igual que Lucía Andrea Morett. La de Atenco por una orden de aprehensión vigente y Lucía por las libradas por jueces ecuatorianos pese a que el presidente Rafael Correa se mostró indignado a raíz de la invasión terrorista colombiana en Sucumbíos.
El escarmiento de Morelia es también ejemplar. La Doctrina Bush adoptada por Calderón justifica toda ilegalidad con tal de ofrecer culpables en coincidencia con las peores elecciones en la etapa de campañas infumables. En todo y por todo, las imágenes acompañadas por los discursos desinformativos de los noticieros, procuran ser guerreras con encapuchados incluidos. La última instancia militar marcha al compás de la crisis total y la consideración gubernamental de los pueblos y comunidades pobres como enemigos.

julio 4, 2009

EL FASCISMO NUESTRO
Alberto Híjar.
La última instancia militar es aplicada por un gobierno cuando advierte cancelados los recursos políticos de gobernabilidad. Cuando esto se articula con una crisis financiera y la aplicación de protecciones de Estado a los grandes consorcios en lugar de proteger a los trabajadores quienes son reprimidos y desorganizados, se está construyendo el fascismo. Su símbolo es elocuente: un haz de flechas atadas, unidas, listas para ser usadas. Las proclamas de unidad nacional pretender unir las armas con el Estado y la sociedad, pero el terror de Estado sólo consigue el apoyo de grupos de la alta burguesía afectada por los secuestros y el bandidaje. Por esto, en los viejos tiempos de reflexión crítica a las dictaduras sudamericanas y centroamericanas, se calificó de fascistoides a estos Estados sin apoyo masivo.
Por tanto y ante la crisis bajo dominio yanqui, mejor será para los Estados y gobiernos construir un régimen previsor ante la certeza de que todo será peor para los trabajadores. La Iniciativa Mérida extiende el Plan Colombia, la integración al Comando Norte y la ASPAN hacen de la seguridad nacional una garantía contra las defensas auténticas de la soberanía, esa noción aparentemente anacrónica en tiempos de globalización cuando no queda más que adecuarse a los dictados del súper gobierno del FMI, BM y OCDE. Como todo esto es inocultablemente antipopular, la última instancia militar es medida de urgente aplicación con un control estricto de población. Las nuevas policías, ministerial y federal poseen poderes sustitutos del Ministerio Público y pueden intervenir teléfonos y computadoras, invadir domicilios y aprehender sin rendir cuentas a nadie.
Los operativos del norte con el ejército en calles y plazas violando todo derecho y la alerta sanitaria exitosa, son acompañados ahora por la guerra psicológica propia de la CIA. Se trata de desalentar la reflexión sobre las organizaciones político-militares revolucionarias y para ello, hay una cuidadosa selección de inculpados con características ejemplares. Hay incluso un perfil físico: han de ser hombres maduros, cuarentones, morenos, si con barba corta mejor, pelo negro no muy largo y sin demasiado cuidado y con posibles antecedentes guerrilleros, así sea por sus intereses académicos o por su lugar de origen. Sobre esta base, ocurre el arbitrario traslado de Jacobo Silva Nogales al Penal de Alta Seguridad de Nayarit en lugar de liberarlo una vez que ha ganado al igual que su compañera Gloria Arenas Agís, los amparos contra los delitos graves y el resto está compurgado luego de nueve años de prisión. El excomandante Antonio del ERPI y la exocoronela Aurora son rehenes para desalentar cualquier acción de sus excompañeros, aunque los del EPR ofendidos por la desaparición de dos de sus militantes en Oaxaca hace dos años, hayan sido contradichos en su estrategia y táctica con la escisión del ERPI. El despojo de todas sus pertenencias, la imposibilidad de la visita familiar y la atención de su abogado y el aislamiento hacen de Jacobo Silva un preso político despojado de todo derecho. Compartió celda unos meses con Ignacio del Valle dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de Atenco, sentenciado a 112 años de prisión. También en La Palma están Héctor Galindo y Felipe Álvarez sentenciados a 46 años y otros diez sufren injusta cárcel en Texcoco, mientras la Comisión Nacional del Agua compra, cerca y militariza como propiedad privada los terrenos que defiende el FPDT a efecto de desarrollar el proyecto turístico de Peña Nieto, el gobernador culpable de los crímenes en Atenco. Rehenes son también los diez zapatistas presos en Chiapas y los de otros movimientos de autodefensa reducidos a las movilizaciones de denuncia, al igual que los familiares de los cuatro estudiantes masacrados en la invasión del ejército colombiano con apoyo de la base yanqui de Manta a Sucumbíos en Ecuador. La Doctrina Bush de justificar masacres y torturas en función de los resultados, es cumplida por el presidente colombiano Álvaro Uribe en campaña electoral para su tercera reelección pese a las abundantes inculpaciones a sus funcionarios por apoyo a los paramilitares y al narcotráfico. Feliz encuentro el de Felipe Calderón y Uribe en Colombia con una escena que ni a Michael Moore se le hubiera ocurrido: el matrimonio Calderón y Uribe con luces navideñas encendidas en la mano al clausurar el Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo (sic) en Medellín el 29 de mayo. La vieja consigna contrainsurgente de arrebatar banderas hace que los ávidos de reconocimiento planearan este congreso y lo animaran con el secuestro del doctor Miguel Ángel Beltrán Villegas quien llevaba un año de ires y venires a la Secretaría de Gobernación de México para renovar su permiso de estancia académica cumplida con todo rigor en la división de posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Casi siempre lo acompañaron abogados de la Rectoría de la UNAM quienes nada pudieron hacer para impedir la violenta deportación instantánea e ilegal. Tremendo terrorista ha sido entregado por el presidente Calderón a Colombia, se apresuró a declarar Uribe y a repetirlo cada que puede para enaltecer al espurio como él. Gracias a quienes abuchearon a Uribe y gritaron ¡fraude! cuando fue nombrado Calderón en la toma de posesión de Mauricio Funes exlocutor de la sucursal de Tv Azteca en El Salvador quien promete portarse bien y guiña el ojo a la Secretaria de Estado yanqui presente en el acto. Pero ojo intelectuales críticos, el doctor Beltrán Villegas es un ejemplo de lo que puede afectarles.
Los dieciséis inodados por dos membretes ultraderechistas ante la PGR de México, son nombres en resguardo para el desaliento de la crítica. Ahí están desde Rosario Ibarra hasta Gustavo Carvajal el priísta fiel con sus 150 kilos de peso. No faltan intelectuales como Gilberto López y Rivas, Carlos Fazio y Alberto Híjar. Las mujeres también deben ser aterrorizadas por lo que América del Valle permanece escondida con su carrera universitaria trunca al igual que Lucía Andrea Morett. La de Atenco por una orden de aprehensión vigente y Lucía por las libradas por jueces ecuatorianos pese a que el presidente Rafael Correa se mostró indignado a raíz de la invasión terrorista colombiana en Sucumbíos.
El escarmiento de Morelia es también ejemplar. La Doctrina Bush adoptada por Calderón justifica toda ilegalidad con tal de ofrecer culpables en coincidencia con las peores elecciones en la etapa de campañas infumables. En todo y por todo, las imágenes acompañadas por los discursos desinformativos de los noticieros, procuran ser guerreras con encapuchados incluidos. La última instancia militar marcha al compás de la crisis total y la consideración gubernamental de los pueblos y comunidades pobres como enemigos.

Efectos Secundarios

julio 4, 2009

EFECTOS SECUNDARIOS

Alberto Híjar.

Irónicamente, Jacobo Silva Nogales pintó en la prisión de alta seguridad de La Palma, los efectos secundarios de las torturas a las que fue sometido durante las largas semanas de interrogatorio militar y policíaco. La ironía reside en mostrar los daños físicos de larga y muy penosa duración tales como la doble visión. Es igual en la guerra de Irak donde la denominación es aplicada como referencia a la devastación de poblados enteros con todo y muertos, mutilados, huérfanos y enloquecidos. Un racionalismo brutal procura limitar el asunto a cifras, gráficas y porcentajes. Las fotos y los reportajes filmados dan cuenta de los dolores y a veces, de los cinismos criminales de los yanquis torturando árabes. El efecto es el desinterés como costumbre incapaz de indignación o asombro apenas alertada por las secuencias comentadas en las redes electrónicas. La conmiseración predomina entonces sobre la indignación y orienta la impunidad de los responsables. Así es la vida, así es la muerte, no hay de otra.
Revisando revistas viejas de los ochenta, encuentro artículos de Asa Cristina Laurel sobre el estado de desastre de la salud pública en esos años. Lejos estaba entonces de imaginar que sería la responsable del ramo en el gobierno de López Obrador en el Distrito Federal. Ante una urgencia sanitaria, terminó llorando ante las cámaras de televisión por su impotencia. Ahora hay especial cuidado para que no ocurra algo semejante, salvo una que otra carta a la redacción denunciando malos tratos e irresponsabilidad de quienes no tienen tiempo de profundizar más allá de las rutinas médicas más elementales. Nada se dice de lo que ocurre ahí donde no hay médicos ni centros de salud ni nada. Tampoco hay quien informe sobre los efectos del retiro de los internos con obligaciones médicas escolares asustados por el peligro de contagio. Las universidades privadas Anáhuac, Iberoamericana y La Salle retiraron a sus estudiantes cuando más falta hacían en perfecta armonía con los restauranteros y empresarios turísticos opuestos al cierre de sus negocios y empeñados en descontar el tiempo no trabajado. Los galimatías aritméticos del Secretario de Salud y su jefe Calderón no incluyen los efectos de la disminución programada del personal sanitario para atender a los beneficiarios del Seguro Popular acrecentados con la alarma de la influenza. Nada tonto, Camacho Solís se atendió en Médica Sur donde hasta hotel de cinco estrellas hay, pero ni ahí ni en parte alguna hay laboratorios y bioquímicos capaces de aislar al virus por lo que hubo que recurrir a Canadá. Por supuesto hay bioquímicos capaces de esto y más pero no tienen oportunidad ni estímulo para influir en la pésima política de salud del Estado.
Obedientes, los trabajadores que no han parado usan tapabocas como amuleto porque nadie les dice que en todo caso debieran cambiarlo cada media hora porque si no, están acumulando y reproduciendo sus propias miasmas. De todos modos, el virus maligno no es del tamaño de una cucaracha, para no penetrar la malla de la tela. Una señora preguntó cada cuando debería lavar el artefacto y el médico prepotente respondió con una carcajada.
La información televisual, radiofónica y volanteada, repite medidas elementales mientras llegan las noticias de la suspensión de vuelos y de reclusiones obligadas de viajeros aéreos a China. Un grupo de latinoamericanistas invitados a un congreso en la Universidad de Alicante, han recibido en Barcelona la noticia de que no son bienvenidos y numerosos eventos culturales han sido suspendidos sin reposición posible. Héctor Reinoso, defensa central, agredió a un contrario chileno soplándole en la cara y lanzándole aire por la nariz. Será castigado mientras la mafia futbolera de América no sabe que hacer con los equipos mexicanos que ahora le redituarán mayores ganancias que las habituales.
Cunde el terrorismo de Estado replicado por el humor negro, se trata de impedir la crítica aunque Calderón llama a no salir de casa mientras estúpidos anuncios invitan a armar rompecabezas y en los kioscos alguien fatiga las recomendaciones oficiales ante calles desoladas. Pero el cerco se rompe el 1º de mayo con plantones denunciantes y numerosos turistas salen del D.F. para ser bien recibidos en Cuernavaca o Acapulco por los traficantes a pesar de todo.
Seguirán no menos de tres meses de controles internacionales donde saldrán a flote los efectos secundarios de la salud pública devastada por la privatización. El Comando Norte había ya advertido su disposición al control militar y al aseguramiento de fronteras. Sólo falta esgrimir el viejo pretexto de la protección a los ciudadanos y a las propiedades norteamericanas. La alternancia con la propaganda electoral la contamina del desastre y denuncia su oportunismo. Con los besos, los abrazos y los apretones de manos satanizados, sólo quedan las relaciones lejanas y asustadas y la certeza de que una vez que sea suspendida la alerta, las televisoras suspenderán la comunicación útil aunque sea de Estado para regresar a la idotización masiva.