El derecho a la Ciudad

Publicado marzo 3, 2011 por albertohijar
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EL DERECHO A LA CIUDAD

Alberto Híjar Serrano
25 febrero 2011

El estado de desastre en que se encuentra la capital de la Republica con calles cerradas por obras mayores y con accidentes diarios resultantes del tráfico fuera de control, ha despertado la necesidad de organizarse fuera de controles partidarios y de intereses ajenos a las urgencias de los vecinos. Por estos días, son diversas las organizaciones que al integrar el Congreso Urbano Popular, se defienden ante proyectos devastadores como el del Foro-estadio Azcapotzalco, la Súper Vía que aliviará las aglomeraciones provenientes del enclave suntuario de Santa Fe diseñado como hábitat de consorcios todopoderosos, y del Acuario en Xochimilco. Los vecinos de Tláhuac todavía tratan de encontrar remedio a la línea del metro que los tiene en estado de sitio desde hace más de un año y que ha destruido lo poco que quedaba de ejidos productivos. El derecho a la ciudad es reivindicado por sus usuarios en proceso de desalojo y en beneficio de grandes negocios incluyentes de los contratos multimillonarios por las obras en marcha. Sería bueno volver a ver Manos sobre la ciudad, una película italiana de los setenta sobre el contratismo corrupto de empresarios y políticos asociados.

Cuando los partidos comunistas de Francia, Italia y España decidieron cambiar la estrategia de lucha de clases con el proletariado como vanguardia, el llamado eurocomunismo alentó vías revolucionarias alternas como la de los defensores del ambiente y la alimentación sana, las feministas, los homosexuales y los movimientos urbanos por servicios eficientes. Urbanistas como Manuel Castells lanzaron la línea del derecho a la ciudad, título de uno de sus libros. Los setenta y ochenta fueron años de emergencia de organizaciones que repudiaron la hoz y el martillo, la bandera roja y el puño izquierdo cerrado para sustituirlos por símbolos y lemas amables con los que supusieron ganarían las elecciones para construir frentes populares con presidencias y parlamentos de izquierda. Socialismo con los colores nacionales fue la consigna. El resultado inmediato fue la liquidación de los partidos comunistas y la proclama de la revolución de terciopelo.

En México se copió el modelito pese a que en América había movimientos político-militares con proyectos viables de liberación nacional por el socialismo. Las Fuerzas Populares de Liberación urgían a construir el partido de nuevo tipo sustituto del partido comunista tan reformista como todos los de América. Nada de esto prosperó y las consecuencias en Europa, en especial, fueron desastrosas porque crecieron los partidos verdes y los del socialismo bien portado decrecieron.

La presidencia de la República Mexicana tomó nota para enarbolar el pluripartidismo y alentar la fundación y desarrollo del Partido Verde y el del Trabajo, que no de los trabajadores, mientras Raúl Salinas y Adolfo Orive parodiaban al maoísmo en perjuicio de las organizaciones campesinas. La debacle de la URSS y sus aliados europeos contó para fortalecer la tendencia anticomunista y el fin de siglo fue tiempo de derrota de proyectos socialistas de liberación nacional sustituidos en los casos más destacados, como el de Nicaragua, por proyectos de modernización capitalista sin más principios que la apertura extrema desembocada en tiranías iguales o peores que las características de la primera mitad del siglo XX en América.

1985 resulta clave para el despertar de la civilidad en México. Los terremotos desatendidos por un Estado antipopular fueron el lugar de la organización espontánea de las brigadas de salvamento que sortearon el enfrentamiento con el ejército y las policías adiestradas para proteger la propiedad privada, y con un presidente de la Republica que sólo se atrevió a recorrer, protegido por sus guaruras, unas cuantas cuadras del Centro Histórico devastado. (Todavía circula en Colima el chiste sobre la necesidad de bardear el estado para que no se les vuelva a salir otro pendejo). Cientos de organizaciones civiles son herederas de todo aquello y ante la llamada del EZLN para impedir su masacre, la sociedad civil protagonizó grandes movilizaciones callejeras y por las redes electrónicas hasta darle dimensión internacionalista a las proclamas libertarias. Los fraudes electorales contra Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador llenaron plazas, cerraron avenidas, tomaron presidencias municipales y alientan aún grupos de discusión pese a la corrupción del PRD. Tal parece que el lugar de la inoperancia de los partidos políticos y del Estado antipopular, tiene que ser ocupado por el poder popular y por su agente constructor civil aunque esté limitado a reivindicaciones negociables. Pero la ley del valor capitalista mata a la democracia y hace decir a Marcelo Ebrard que la privatización de los servicios públicos es la única posibilidad de realización en beneficio de todos.

La fuerza del contratismo es poderosa y no está dispuesta a interrumpirse porque algunas decenas de desplazados protesten por su expulsión a la israelí. Las obras están en marcha, pero en la colonia Polanco lograron parar una vialidad absurda y detener la construcción de una torre en el lugar donde fue demolida casi completa una estación de gasolina construida por el arquitecto lecorbusiano Vladimir Kaspé, ante la perezosa pasividad del INBA que es como las de las comisiones de derechos humanos y la ONU en eso de sólo recomendar pero discretamente, sin alarmar a nadie del despojo cotidiano de la ciudadanía. Peor ocurre con las obras clandestinas como el más reciente mamotreto de Sebastian en Ciudad Universitaria para romper la unidad arquitectónica y urbana del casco originario proclamado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. El derecho a la simbolización también es denegado y pese a las protestas de los pudientes vecinos de San Ángel se impuso el Paseo José Luis Cuevas con sus pésimas esculturas que reproducen mal sus pequeños dibujos. Tampoco importó la movilización contra el paseo escultórico insultante para los vecinos pobres de las barrancas de Santa Fe.

Hay intereses para dañar la imagen del (auto) proclamado mejor alcalde del mundo. La lucha cupular está entre los partidarios de Marcelo Ebrard para la presidencia de la Republica y los que quieren a otro. Lo importante es que el derecho a la ciudad está más allá de estos pleitos electoreros porque lo encabezan lo mismo distinguidos personajes públicos como Cristina Barros o Miguel Concha del Centro Fray Francisco de Vitoria, que los colonos despojados y los defensores del ambiente quienes denuncian la afectación mortal de zonas protegidas con centenares de árboles añosos sustituidos por recién plantados ante la tala de vegetación centenaria con todo y fauna endémica que se queda sin agua y refugio. Tras el derecho a la ciudad está la lucha de clases entre los contratistas, los consorcios, los funcionarios voraces y demagogos contra quienes luchan por contener en el Distrito Federal la devastación planetaria impuesta por la globalización criminal del capitalismo.

DEMOCRACIA AGÓNICA

Publicado marzo 3, 2011 por albertohijar
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DEMOCRACIA AGÓNICA

Alberto Híjar Serrano
18 febrero 2011

Hasta aquí llegó el proyecto histórico burgués de la democracia. Nunca se realizó más que en los momentos insurreccionales de las revoluciones. En 1789 los revolucionarios franceses proclamaron ¡libertad, igualdad, fraternidad! Para lograrlo ejercieron la dictadura y estrenaron la guillotina contra los reyes, los cortesanos y uno que otro que no debió morir así, Lavoisier, por ejemplo, el fundador de la ciencia de la química. En 1776, trece colonias de puritanos ingleses declararon en el norte de América su independencia de la corona británica y construyeron una federación exterminando a los pobladores originarios como parte de un proyecto fundamentalista colonial a nombre del destino manifiesto. Entre 1848 y 1871, en Francia cayeron reyes luego de la dictadura de Napoleón Bonaparte y el proyecto democrático se extravío entre guerras imperiales y de expansión colonial, mientras en América los estados resultantes de las revoluciones de independencia intentaban la democracia ante los obstáculos del expansionismo yanqui y los imperativos de la acumulación capitalista mundial.

La Comuna de Paris de 1871 mostró en menos de dos meses de acción lo que podía ser la democracia desde abajo, con la Asamblea de delegados sin más privilegio que el de cumplirle al pueblo que podía revocar su cargo. La revolución simbólica encabezada por Gustave Courbet derrumbó la Columna Vendome hecha con el metal de las armas de los ejércitos vencidos con un ridículo Napoleón en el remate, y escritores del calibre de Baudelaire colaboraron en el excelente periódico donde se reseño la ocupación del Templo Expiatorio por el acuerdo de anular la expiación de la culpa de haber guillotinado a los reyes y su corte. “Asalto al cielo” dice Marx que fueron los dos meses escasos que duró el gobierno de los trabajadores al fin masacrados por la Santa Alianza con sobrevivientes enviados a una isla muy lejana para evitar toda relación con el continente europeo que vio con estupor el ejercicio de la democracia plena con representación verdadera y participación directa de todo aquel que probara su combatividad sin importar nacionalidad y sin entregar las armas a la monarquía bien refugiada en algún castillo mientras exigía a los comuneros enfrentar la invasión prusiana. Parecía culminar así la alegoría pintada por Eugene Delacroix de la Libertad con gorro frigio y pecho desnudo guiando al pueblo con el toque de un tambor en manos de un niño de la calle escoltado por un empleado pobre y una legión de artesanos y sirvientes de los ricos.

Algo ejemplar hay en esta representación reproducida en Francia todo el tiempo en cajas de galletas, de fósforos, calendarios, portadas de libros y revistas, hasta el punto de su discusión en los setenta en un coloquio organizado por Nikos Hadjinicolaou sobre la base de su escandaloso concepto de “ideología en imágenes” que tanto disgusta a los arte puristas.

De traspié en traspié por la desigualdad económica, la democracia burguesa ha engendrado partidos políticos representativos de los intereses de los consorcios y de los cacicazgos institucionales que los garantizan.

Los partidos y las elecciones bien pueden reducirse a la imagen del dictador que cambia de rostro pero no de identidad cada cuatro o seis años, tal como René Avilés narra en El Gran Solitario de Palacio. Con la globalización salvaje del capitalismo, la crisis de muerte de los estados-nación los convierte en administradores de ella y de los designios imperiales. Los planes maestros los hacen el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio y los tratados político-militares que reducen al mundo entero en territorios peligrosos para la seguridad nacional yanqui. La necesidad de petróleo, biodiversidad, metales estratégicos y agua explican la ocupación económica, política y militar del Imperio al que los proyectos locales de democracia sólo importan en la medida en que permanezcan en manos de sus aliados y cómplices.

La soberanía emanada del pueblo, según rezan las constituciones políticas burguesas, ha desaparecido. Recientemente, matan a un policía yanqui en una carretera de San Luis Potosí y llega el FBI a ponerse al frente de la investigación armas en mano, cosa que no ocurre cuando los asesinados son pobres migrantes mexicanos o centroamericanos abatidos por disparos nada accidentales de los impunes Rangers de la Patrulla Fronteriza.

La insurrección árabe resulta ejemplar por lo que tiene de rechazo organizado desde las redes sociales contra las dictaduras y por el potencial popular manifestado con grandes movilizaciones exigiendo democracia sin representaciones ni comisiones espurias de por medio. Los cómplices imperiales de los dictadores ofrecen su mediación y Obama llama a la paz y al orden con la Comunidad Europea dispuesta a coadyuvar para que fluya el petróleo, el Canal de Suez no peligre, Israel mantenga su guerra de exterminio contra los palestinos, los saharauis no levanten cabeza y los ejércitos pertrechados por los poderes imperiales no vayan a ponerse del lado del pueblo insurrecto y apenas armado con piedras y palos.

Pase lo que pase, la insurrección árabe prueba la imposibilidad histórica de la democracia burguesa porque el colonialismo resurgido ya impide el poder popular. La silenciosa, inútil y perezosa ONU entrará al rescate con ejércitos de paz y las dictaduras seguirán vivas sin el estorbo de ancianos decrépitos multimillonarios e impunes, porque ni Mubarak, ni Baby Doc, ni Berlusconi o cualquier otro sátrapa incluyendo a los de México o a los bananeros como Daniel Ortega y su Rosario Murillo, serán jamás enjuiciados y castigados. Una vez garantizada su impunidad se retiran a gozar de sus enormes propiedades mal habidas. La democracia burguesa ha muerto y apesta en su putrefacción global.

Transgresión o masturbación?

Publicado febrero 21, 2011 por albertohijar
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¿TRANSGRESIÓN O MASTURBACIÓN? *

Alberto Híjar

[…] El problema es que la globalización capitalista a lo que ha dado lugar es a que las relaciones entre premodernizad, modernidad y posmodernidad hayan dado lugar a un desorden mundial como nunca antes en la historia había existido. Y no había existido porque no había existido un modo de producción dominante que abarcara al mundo entero, en cambio el capitalismo es mundial por definición, por esencia. De modo que ahora que ya llegó a su fase terminal extrema hace que esas contradicciones que empezaron en el siglo XVI, produzcan este enorme desorden. Esta es una conferencia de economía política, pues sí, ya verán cómo tiene que ver con la performatividad.
El racionalismo nos convenció a lo largo de toda nuestra formación escolar de que no había otra manera principal y fundamental de conocer y de apropiarse del universo, que siguiendo ciertas normas, ciertas pausas de un corte contra la pasión. Desde la primaria fuímos disciplinados y esto ha sido terrible, de manera tal que, saber que las materias importantes son las que tienen fundamento físico-matemático y lo demás es eso: lo demás.
El racionalismo nos educa en una disciplina en que desde la primaria hasta el posgrado esto se nos repite de manera constante, tiene que ver con el uso del tiempo, es decir, está mal visto hacer el amor a las doce del día, por ejemplo. El tiempo está organizado productivamente, hace uno sus necesidades corporales de exoneración a las horas que no interrumpa uno el sistema productivo, hace uno el amor a ciertas horas en las que es bien visto hacer el amor, no a otras.
El racionalismo es un poder cultural paradigmático, en el sentido de que no es necesario decir las sentencias, está supuesto, está funcionando, su operatividad es fundamentalmente práctica: cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa –me repetía mi mamá desde que era chiquito– y me enseñó a ser abominablemente ordenado. Sobre esta base, este enorme caos económico-político que son los tiempos actuales, ha dado lugar a una crítica no sólo teórica sino también práctica al racionalismo. La crítica teórica ha sido hecha por importantes filósofos, citaré a los que me caen mejor que son los que formaron un instituto de sociología en Frankfurt, todo un movimiento que se conoce como Escuela de Frankfurt. Ahí, Walter Benjamín y Teodoro Adorno, y aún el entonces joven Haberlas (último sobreviviente), se propusieron reflexionar sobre las consecuencias de suponer que el racionalismo es la fundamental manera de vivir, de hacer, de conocer. Sus críticas fueron, son, implacables, lo mismo tocan al marxismo que reivindican la figura de filósofos no sistemáticos como Nietzsche.
[…] La Escuela de Frankfurt reivindicó, entre otras cosas, la asistematicidad y con ello también incursionó en modos de conocimiento que no tienen que ver con esa serie de pasos que nos enseñaron: los lógicos, los matemáticos, como garantía de producción de la verdad, sino por el contrario, reivindicaron modos poéticos de conocer, por eso les interesó tanto Heiddeger, por eso les interesó tanto la reflexión que emparenta y hasta identifica la verdad con el acto poético, con el conocimiento poético que nada tiene que ver con lo racional.
Con ese afán de los alemanes por sintetizar en una palabra este tipo de argumentación, me encuentro ahora en Vattimo con el uso del término Lichtung, que quiere decir esa iluminación en el bosque. Esto tiene que ver con el planteamiento que él remite a Heidegger de cómo la verdad, la certeza. se da por excelencia como ese rayo de luz que se filtra entre el tupido ramaje de un bosque en el que todo es penumbroso, en el que no se distinguen las diferencias entre los follajes, entre los troncos, sino que todo aparece oscuro y confuso; penetra el rayo y empieza a iluminar las maravillosas diferencias que constituyen la rica sabrosura de un bosque en su interior. Pues bien, eso es el conocimiento.
La Escuela de Frankfurt abrió la necesidad de reflexionar sbre esto y lo importante es que lo hizo desde la perspectiva abstracta de la filosofía, pero también lo concretó en una actividad tan importante de dilucidar como es al dimensión estética denominada así por uno de los más importantes teóricos de Frankfurt que es Herbert Marcuse. Casualmente en el 68 salió la producción del primer libro de Marcase en México –se tradujo aquí–, que es Eros y civilización. Marcase fue calificado por Díaz Ordaz como “filósofo de la destrucción”. Yo no sé si Marcase se enteró de esto que dijo Díaz Ordaz en su informe presidencial del 1968, porque seguramente le hubiera dado mucho gusto este “reconocimiento” de un poder arbitrario y criminal como el de Díaz Ordaz que reconocía como destructor a un filósofo. ¡Qué gran homenaje! Pero no es este el punto que quiero abordar sino el punto de la performatividad.
Si se deconstruye el racionalismo se deconstruye con él toda posibilidad de ordenamiento jerárquico de las cosas y toda manera de acercarse a esto por la postulación de sistemas, es decir, se nos “viene abajo” todo lo que nosotros aprendimos desde la primaria.
El racionalismo ha sido tan fuerte que ha sistematizado las cosas de tal manera que nos ha dividido en profesiones cada una de las disciplinas y sus lenguajes, de manera que ya nadie a estas alturas podría conocer en su totalidad las cosas. No solamente el racionalismo dio lugar a una teoría sino también a una fragmentación de la realidad que nos determina a todos nosotros. Cada quien a lo suyo, y esto entonces es lo que en estos momentos de crisis total del racionalismo ha estallado de manera tal de advertir que frente y en contra de la tradición racionalista, habría que postular otro modo de apropiarse de las cosas. Tendría que intentar hacer las cosas contra todo eso: ordenamiento, clasificación, jerarquía, etc. y proponerse la totalización.
Hay una hermenéutica racionalista, quiero decir, un dar a entender las cosas que parece no poder hacerse sin el dominio racional, por lo tanto, Vattimo y otros plantean: habría que producir una hermenéutica distinta a esto, una hermenéutica que no explique sino de a entender y aquí empezamos, quizá, a entendernos con los performansólogos, performancistas y performanceros. Porque parece que de eso se trata el performance, de dar a entender no de explicar nada. Un performance que explica ya fue fallido, ya fue otra cosa, ya fue una conferencia, cualquier otra cosa, es decir, un performance no explica y de ahí su emparentamiento con el happening, con aquella definición que daba Oscar Masota en los 60 cuando en aquel Instituto Torcuato di Tella en Argentina, había todo un equipo de reflexión sobre el happening: “simultaneidad en la simultaneidad”, y atinó, y algún día tendrá que ser reivindicado como un precursor de este hilo negro que están descubriendo los posmodernistas; la simultaneidad en la simultaneidad es esto que integra una realidad mucho más compleja, mucho más totalizada, mucho más sabrosa que esas clasificaciones, que esas jerarquías, que esos sistemas que el racionalismo pregonó como única vía para el conocimiento. Todo lo que hacemos parece, según el racionalismo, tener una sola dimensión y no es cierto, es decir, estamos todo el tiempo inmersos en esta simultaneidad. En la simultaneidad pasas muchas cosas simultáneamente, porqué entonces privilegiar una de ellas y decir: ésta es la bella, ésta es la buena, ésta es la verdadera. En momentos de crisis total de las culturas, habría que asumir que, bueno, ni hay ya definición de arte, ni hay ya definición precisa de comunicación, ni hay ya esta división entre las artes –que se sigue pregonando en las escuelas de arte– sino que más bien lo que ocurre es la necesidad ansiosa y angustiada de dar cuenta de la totalidad en la que se da esa simultaneidad en la simultaneidad.
En este sentido, hay quien propone como Ginzburg lo que él llama “paradigma indiciario”, que es esa capacidad para entender los indicios, las señales. Ginzburg, por ejemplo, narra una antigua narración árabe sobre los hijos del rey de Serendipo que son aprehendidos como indiciados por el robo de un camello cojo. Cuando se le pregunta al fiscal por qué los ha aprehendido, dice: “Es que yo les pregunté si habían visto ese camello y me dijeron: ‘Ah, sí, usted se refiere a un camello. Mire, nosotros venimos de acá del desierto y sí, claro, debe ser un camello cojo con pelambre café que lleva que lleva en el lado derecho un odre de vino y del otro un odre de aceite. ¿A ese camello se refiere usted?’ Ah, son los culpables, seguramente ellos lo tienen”. No, los hijos del rey Serendipo no hicieron más que leer las señales que iba dejando. Esta manera de entender las cosas, de comprender y dar a entender las cosas, es una manera tan prestigiada y tan aparentemente espontánea que todos la seguimos usando. Si alguien nos pregunta: ¿dónde está tu casa? yo estoy seguro que nadie dice 48 grados de latitud norte, asimud 46 y quién sabe qué, sino que nosotros decimos señales: te vas a encontrar una tienda en la esquina y un árbol caído, etc. Esta que seguimos usando y que parece ser un modo de comunicación y de conocimiento no deseado, no deseable, no científico, porque es no científico y no racional, es lo que reivindica Ginzburg, y hace una minuciosa descripción de descubrimientos científicos, de aportaciones artísticas que han estado fundadas en ese modo de conocer que nada tiene que ver con el racionalismo. Por supuesto hace referencia al Serendipiti, que es esto que un grupo de ingleses inventaron como homenaje a los hijos del rey de Serendipo. Toda una manera de dar a entender las cosas por vías no racionales.
Sobre estas bases, teóricos actuales hablan de performatividad como esta destrucción, este estallamiento de los órdenes de los sistemas que hace que la complejidad se imponga por encima de cualquier prden y que por lo tanto, la manera de comprender las cosas esté más bien fundada en la arbitrariedad concretada en lenguajes muy diversos. Lyotard y Vattimo hacen referencia a cómo esta complejidad extrema significada por sistemas de significación muy diversos –prefiero no llamarlos lenguajes para que no se confunda este lenguaje doblemente articulado con el que nos estamos entendiendo– con otros sistemas de significación, con las señas, con el insulto cifrado, etc., todos esos son sistemas de significación. Bueno, tanto uno como el otro hace referencia a cómo esto suele resolverse por la vía del terror y creo que aciertan, porque hay un terror de Estado impuesto por el racionalismo que es el que nos hace vestirnos de cierta manera, usar nuestro cuerpo de cierta manera. […] Aquí hay todo un sistema de prestigio y de poder sumamente fuerte, sumamente poderoso que determina el vestirnos, portarnos de cierta manera, de usar nuestro cuerpo, de usar ciertos ademanes. De ahí también este regocijo que nos produce Marcos cuando les falta al respeto a los funcionarios, cuando hace malas señales y todo esto, y cuando en lugar de responder así, sesudamente, a un comunicado de la Secretaría de Gobernación, responde con una interjección, porque ya no se merecen más. Sobre esta base entonces, la performatividad de la que hablan los teóricos, es esta necesidad de asumir la totalidad del universo por vías no racionales. Pero como esto tiene que ser comunicado, sino pues es masturbación absoluta, entonces esto tiene que dar lugar a sistemas de significación complejos. Y esto entonces se concreta en una noción que suelta Lyotard con un nombre muy sofisticado, la noción de “adlingüisticidad”, lo dice en su libro La posmodernidad explicada a los niños. La adlingüisticidad es esta intersección entre sistemas de significación muy diversos. De hecho, histórica y tradicionalmente, todos nos valemos de esta manera de comunicación compleja yo creo, que casi siempre. Esto es algo que tradicionalmente habíamos usado pero no nos habíamos dado cuenta porque entre otros cómplices del racionalismo, los artistas de la modernidad nos habían insistido que la pintura es una cosa distinta al grabado y aparte está la escultura y luego la arquitectura y luego el diseño y luego van inventando diseño ambiental y diseño de jardines y diseño de ciudades y el urbanismo. De manera que los artistas de la modernidad, a su manera, contribuyeron también a fragmentarnos algo tan importante como los sentimientos y las sensaciones. Hay críticos de arte que les da mucho coraje que poetas escriban presentaciones de los pintores o los escultores, bueno, nos quitan la chamba pero ¿por qué no? El racionalismo se nos impuso también con una jerarquización, con una sistematización de las artes que contribuyó a esta fragmentación de las artes, que contribuyó a esta fragmentación de la realidad. Cuando el desorden llega a una dimensión histórica y social sin par en la historia, es cuando la performatividad histórica y social es asumida por los artistas y los comunicadores, de manera mucho más válida, mucho más intensa que, a mi manera de ver, han hecho los teóricos. Es decir, desde Dadá sobre todo, ha habido este afán de deconstruir el racionalismo. ¿De dónde sino esos maravillosos manifiestos de Tristan Tzara? en los que parece no seguirse una cosa de la otra y de repente se encuentra uno una página de “grito, grito, grito…” y la palabra se repite por toda la página para terminar diciendo: “y en efecto, yo me encuentro muy simpático”.
Desde entonces estos artistas alertas ante el desastre de los órdenes, en aquel entonces por la Segunda Guerra Mundial, por la emergencia de algo tan aparentemente absurdo como el nazismo y el fascismo, estos artistas, además judíos, que asumieron su condición de perseguidos, de hostigados, construyen un modo de entender las cosas y de usar la significación que ciertamente arremete y transgredí a todo lo enseñado en las academias artísticas. De ahí la escultura de Marcel Duchamp y todo mundo esperándolo, llegó el maestro europeo tan famoso y lo que hizo fue llegar perdido de borracho, empezar a desabotonarse la bragueta, entonces las señoras salieron corriendo. Nadie entendió que esa era la ponencia, es decir, se estaba pitorreando de todos ellos. Era una interjección gestual equivalente al ¡Ja! o al ¡Uy! de Marcos como respuesta a las amenazas de este racionalismo […]
Entonces la performatividad es esta simultaneidad y con ello la necesidad de descubrir, de proponer maneras nuevas de conocer, de comprender, de entender las cosas. El performance, en ese sentido, creo que es la respuesta concreta de los artistas y de los comunicadores a esto que los teóricos están planteando desde la abstracción filosófica para los problemas del conocimiento. La réplica de los artistas que me parece mucho más clara, directa, mucho más concreta, es entonces el performance. El punto de partida puede ser cualquiera si todo es simultáneo, bueno pues, para explicar cualquier cosa yo puedo empezar de lo aparentemente más trivial, más débil, etc.
Foucault llamó microfísica del poder a todas esas pequeñas estructuras de dominación que precisamente por pasar inadvertidas son tan poderosas –esta necesidad de vestir de cierta manera, de mirara en un lugar específico y n donde tengo ganas, de portarse de cierta manera, etc.–. De manera pues, que los teóricos por su lado y los artistas replicando con este entrarle por cualquier terreno, por cualquier elemento, por cualquier procedimiento y con una capacidad que tiene que ver con la performatividad, es decir, la capacidad de volver acontecimiento lo que puede pasar inadvertido o lo que puede resultar una trivialidad, si esto tiene apariencia de autocomplacencia extrema, de obscenidad, de pornografía, de masturbación, habría que tratar de entender a quienes hacen estas cosas y no pretender fusilarlas. Orlan describe –en la conferencia que dio aquí– cómo uno de sus primeros eventos que fue ponerse desnuda de la cintura para abajo y con las piernas abiertas para que quien quisiera pudiera ingresar al evento La cabeza de Medusa, entonces a Orlan se le ocurrió, en plena menstruación, abrir las piernas, teñir la mitad de su vello público de azul y poner una lupa frente a ello para que quien quisiera pudiera contemplar esto. Habrá a quienes les escandalice esto, entre ellos a mí, que no sólo tengo el aspecto de cura sino una formación católica, apostólica y romana, me hace estremecer frente a tanta obscenidad, pero habrá otros que digan: “Bueno, tratemos de entender. ¿Qué no toda esta cuestión de la Medusa implica ciertas relaciones simbólicas? ¿Qué no es válido usar el propio cuerpo para significar?”. Yo diría que por lo pronto tomemos nota y no digamos: “Vieja perversa, miserable, vamos a pedir su expulsión de México…”.
Aún lo que parece masturbación, pero también la transgresión con orientación política, evidentemente tienen como problema el producir un acontecimiento y volverlo un acontecimiento comunicable, así sea un sinsentido, el sinsentido también se comunica. Sobre esta base, hay un emparentamiento que me parece muy importante entre la reflexión de los teóricos y la práctica de los artistas, es decir, entre estos dos poderes que no se encuentran entre sí, se va produciendo una réplica fundamental al dominio racionalista y esto es lo que creo muy importante.
A lo que yo estoy llamando es a no reducir esto a una especie de universo de lo empírico, de reino de la autocomplacencia en el que todos nos aceptamos, “¡qué suave…!”, sino que a mí me parece un esfuerzo muy importante el que a un dinosaurio como yo se le invite a platicar con ustedes, a pesar del terror que esto me ha implicado. Es decir, que esto tendría que desarrollar no su propia teoría en el sentido de racionalizar todo esto, sino tendría que dar lugar a que la intersección de los sistemas de significación, es decir, la intersección de los lenguajes no fuera resuelta por la vía del terror. El terror puede venir de un lado y del otro: “Queda prohibido anuncios con viejas que estén enseñando los pechos”, pero también es un acto de terror el que se haga un acto de comunicación, un performance y entonces: “Nadie diga nada, si alguien dice algo, es un fresita y no entendió nada”, eso también es un ejercicio del terror, es decir, no acompañar todo esto con algo que de lugar a una reflexión, que le de sentido al sinsentido, que reivindique esta necesidad ciertamente importante, de hacer de la individualidad la personalización de la vida y de las cosas. Es decir, no pasar por un individuo más, como un número, sino como esa personalización que implica para mí significar las cosas y comunicar. Es decir, todos los eventos conceptuales, los performance, los happenings, me parece que tienen este sentido y que lo peor que podemos hacer es dejar abierta la arbitrariedad extrema, sino que tendríamos que encontrar ciertos modos como para ir comunicando. De ahí la importancia de este espacio que da lugar también a las reflexiones inevitablemente racionales.
Finalmente, quiero terminar haciendo alusión a esa palabreja de la hermenéutica tan querida por algunos posmodernistas, que hace referencia a esta necesidad de dar a entender las cosas, ya no de explicar, de describirlas, de sistematizarlas, de clasificarlas, sino de darlas a entender. Si en lago está siendo positiva la crisis actual del racionalismo y del capitalismo, es el dar lugar a una relativización de las culturas en las que ya nadie sensato, mínimamente informado, puede seguir insistiendo en que “la belleza es esto y no es esto otro” o “el arte es éste y no es esto otro”. Esta apertura, esta explosión que hace decir a Lyotard: lo que importa ahora es ver lo que está pasando y ya no tanto definirlo. Y a partir de lo que está pasando, tratar de explicárnoslo dentro de la totalización.
Hay dos grandes maneras que tienen que ver con el título de la plática: transgresión o masturbación, de hacerse entender y de legitimar lo que uno hace. Una es una totalización tan abstracta que a fin de cuentas quepa en ella cualquier práctica que se invente, en este sentido, una abstracción tan general no sirve para concretarla en un acto, en una práctica específica. Pero igual parece ocurrir con la autocomplacencia y la masturbación extrema, es decir, es un acto tan individual, tan extremadamente individual que mucho satisfará la curiosidad o la morbosidad de quien lo contempla y nada más. Yo quisiera poner como ejemplo a la propia Orlan. A todos nos estremeció estar viendo sus operaciones, el bisturí y la sangre y todo esto; y luego la narración que hizo de eventos tan terribles como la Cabeza de la Medusa. Sin embargo la mujer explica y dice: esto lo hago por esto y este retrato que llevo construyendo veinte años. Es decir, explica de qué se trata y en este sentido, la posible masturbación del individualismo extremo y radical se parece, se emparenta con la transgresión; descubre uno lo que quiere transgredir, ciertos modos de entender el cuerpo, ciertos modos de entender la piel, ciertos señalamientos de que el cuerpo es obsoleto a estas alturas. Citando a una compañera australiana: el cuerpo n sirve para todo lo que estamos viviendo ahora, por eso tenemos que tener tantas “extensiones” en la computadora, en el fax y en el teléfono celular, y en todo esto ya el cuerpo es una obsolescencia, por lo tanto hay que ponerlo en crisis y n seguirlo cultivando de la manera como lo hemos hecho hasta ahora. He ahí un caso en cómo el individualismo extremo y aparentemente obsceno, de mostrar lo que parece absolutamente privado –esa es a obscenidad– resulta un acto de transgresión que tiene un interés mucho más allá de lo que parecía ser un acto de puritita masturbación. En este sentido, obviamente, esto tendría que trabajarse para abrir la percepción, los sentimientos, las sensaciones, más allá de estos prejuicios racionalistas que nos formaron desde nuestra más tierna infancia o nuestra terrible infancia, hasta ahora. Y esto, por supuesto, tiene implicaciones morales y esto, por supuesto, da lugar a una ética no evidente pero sí eficiente.

* conferencia en Ex Teresa Arte Alternativo, V Festival Internacional de Performance, 25 octubre 1996.

DON SAMUEL

Publicado enero 27, 2011 por albertohijar
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DON SAMUEL

Alberto Híjar

Enemigo principal de la Teología de la Liberación, Juan Pablo II esta a punto de ser beatificado como inicio de su canonización. Karol Wojtila, el papa polaco, fue enemigo de la democratización socialista de Polonia hasta lograr que Lech Walesa negociara para convertirse en adalid del anticomunismo y gran propagandista del libre mercado de los consorcios transnacionales como garantía ilusoria de la democracia. Fox lo trajo con el PAN a celebrar las glorias de la ultra derecha salvaje. El TEC de Monterrey lo escucha y toma nota. La beatificación de Juan Pablo II concreta el lugar de la jerarquía católica en la crisis definitoria de los estados-nación. Pese al desprestigio resultante del escándalo de los pederastas y los menos difundidos desfalcos financieros en el Vaticano, la Iglesia Católica se la juega por la ultra derecha y defiende las peores causas. Su pésame por la muerte de Don Samuel Ruiz es un acto tan protocolario e hipócrita como el de la Presidencia.
Pero Don Samuel no necesita de protocolos para brillar. Forma parte principal de una legión de obispos que se tomaron en serio la opción por los pobres de los congresos de Medellín y Puebla donde el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) planteo “el futuro de nuestra patria” como clave de evangelización para los ochenta y lo que siguiera. Buscaron y encontraron “pistas opcionales eficaces en nuestra acción evangelizadora en el puente y en el futuro de América Latina” con la certeza de “comprobar que Episcopados Nacionales y numerosos sectores de laicos, religiosos, religiosas y sacerdotes han hecho mas hondo y realista su compromiso con los pobres. Este testimonio incipiente pero real, condujo a la iglesia latinoamericana a la denuncia de las graves injusticias derivadas de mecanismos opresores”. De aquí el encuentro de entonces con las revoluciones populares armadas en Centroamérica y Sudamérica urgidas de una retaguardia social que resolviera la reproducción, la construcción del sujeto histórico popular necesario para la liberación. La misa concelebrada en la iglesia del Centro Cultural Universitario a un costado de la Ciudad Universitaria, dio constancia de esto encabezada por Raúl Vera quien fuera designado como coadjutor de Don Samuel. La marcha sacerdotal fue acompañada por “métale a la marcha, métale al tambor, métale que traigo un pueblo en mi voz”. La misa corrió al ritmo de las misas populares de Carlos Mejía Godoy de Nicaragua y de Yolocamba Itá de El Salvador. Darse la paz adquirió un sentido conmovedor por histórico y social. Lo común fue descubierto por creyentes y no creyentes pese a las presencias infames como la de Luis H. Álvarez.
Don Samuel Ruiz no fue perita en dulce. Oponía la catequesis a la prédica guerrillera pero en la relación propiciada con las comunidades indígenas, hizo crecer el profundo respeto por los usos y costumbres bienhechores irreductibles a los fundamentalismos. Los catequistas de Chiapas resultaron interlocutores principales del trabajo comunitario y en especial influyeron a las Fuerzas de Liberación Nacional que superaron la captación uno a uno con seguridad extrema en el clandestinaje, para dar lugar a un crecimiento acelerado en los ochenta que culminó en la fundación del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. La historiadora Adela Cedillo en su reciente tesis de maestría, testimonia y explica este proceso originario de las maravillas de los Caracoles, las Juntas de Buen Gobierno y los Municipios Autónomos Revolucionarios Zapatistas. Don Samuel sorteó la persecución desatada por la jerarquía católica y por el Estado y siguió con su pastoral discreta, constante, pacifista, comunal y justiciera. De aquí su ejemplo, sus relevos activos en los proyectos sociales de Chiapas y otros lugares con disciplina estricta y rigor reflexivo. Todo esto seguirá.

25 enero 2011

PROHIBIDO CANTAR

Publicado enero 11, 2011 por albertohijar
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PROHIBIDO CANTAR

Alberto Híjar.
18/08/10

Invitado por la Galería Autónoma que ha logrado preservar el vestíbulo y la escalera lateral del ruinoso Auditorio Che Guevara, León Chávez Teixeiro debía cantar el jueves 13 de agosto. Llegó a tiempo con sus acompañantes, sus instrumentos y un equipo de sonido. Un auto compacto de la vigilancia de Ciudad Universitaria los interceptó para comunicarles la extraña prohibición de no introducir los objetos necesarios para el concierto. Un viejo conocido de León ahora ocupado en la seguridad de CU le comunicó por teléfono móvil por primera vez lo cierto de la increíble prohibición. El grupo de músicos no daba crédito, volvió a acomodar todo en la camioneta y partió de regreso. Se sorprendieron por el seguimiento de la patrulla y más de que continuara fuera de CU. León paró el transporte, bajó de él y les preguntó por qué los seguían. Al no tener respuesta siguieron para ser interceptados por cuatro patrullas de la policía del Distrito Federal, los hicieron bajar, esculcaron todo, los amenazaron de ser culpados de drogadictos y al fin, los escoltaron hasta su destino. Decidieron regresar, consiguieron un automóvil y mientras unos entraban a pie hasta topar con sus persecutores, los otros metieron el equipo a la Galería no sin forcejear con quienes quisieron despojarlos del bajo eléctrico. El concierto se dio con sala llena, el pasillo y la escalera a cambio del Auditorio al que está prohibido entrar. La autonomía proclamada en el nombre de la famosa Universidad Nacional, fue ejercida por sus usuarios concretos.
El Auditorio Che Guevara recibió este nombre en una asamblea de 1968 a cambio del de Justo Sierra, fundador de la Universidad hace 100 años. Desde entonces, fue lugar de asambleas, conciertos, exhibiciones que prolongaron el cine-debate oficial de los domingos, mesas redondas y conferencias. En el fin del siglo XX, el Auditorio fue arrasado por la Policía Federal Preventiva cuando puso fin a la huelga más larga de la historia de la Universidad, sus butacas fueron arrancadas, la gran pantalla destruida y la sala de proyección tapiada, los servicios de luz y agua fueron destruidos. Después de un tiempo, varios grupos lo ocuparon, se quedaron a vivir en él y lo usaron como fumadero, cantina y recámara. No hubo manera de integrar un consejo que diera buen uso constante al lugar y apenas la Galería Autónoma se ha mantenido con actividades culturales dignas del estudiantado crítico y con participación eventual de profesores e invitados distinguidos.
Luego del 6 de febrero de 2000 cuando el ejército, la policía y unos señores muy serios de antejos negros ocuparon C.U. y todos los campus universitarios, fueron borrados todos los murales no registrados como patrimonio de la UNAM y empezó un proceso para recuperar el prestigio estatólatra de la UNAM. Después de lograr el reconocimiento de la UNESCO del campus originario como patrimonio de la humanidad, el Che quedó como el lugar incómodo. Las autoridades, las de dentro y las de fuera, intentaron un movimiento de estudiantes decentes con el lema El Che es de todos. Los de adentro aceptaron discutir y los restauracionistas no aguantaron las sesiones. Luego hubo un incidente con un narcomenudista asesinado en el estacionamiento y fueron desalojados los vendedores de libros usados, artesanías, mochilas y otras cosas al alcance de los estudiantes y profesores pobres.
A la par, el Teatro Isabelino donde nació CLETA en los setenta, fue negociado y convertido en un lugar que rememora el cabaret El Eco de Mathias Goeritz y su arquitectura emocional como él llamó a su juego de espacios. Quedaba Luis Cisneros que intentó un proyecto cultural distinto a CLETA hasta que fue remunerado e incorporado a la Dirección de Difusión Cultural de la UNAM con la encomienda de infiltrarse en el Che y poner en orden a los okupas. Fue repudiado y expulsado y entonces, los responsables de la seguridad decidieron que ni un acto más en el Che salvo conciertos de música andina. Esto no es un sarcasmo sino es real.
Prohibido cantar piezas de tan alta calidad poética y musical como la de León Chávez Teixeiro inclaudicable ante los guiños del mercado del espectáculo. En el Che cantaron Mercedes Sosa, Quilapayún, Inti Illimani, Daniel Viglietti, nació y creció el Tribunal Salvador Allende contra el rector Soberón que metió al ejército en la UNAM, hubo memorables mesas redondas y conferencias con Sánchez Vázquez, Villoro y otros del mismo calibre. La prohibición ilegal se da cuando inician los festejos del primer centenario de la UNAM.

Alberto Híjar

PADRE CHUY

Publicado enero 5, 2011 por albertohijar
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PADRE CHUY

Alberto Híjar
Diciembre 2010.

Padre Chuy lo llaman sus fieles seguidores en la parroquia San Bartolomé de Venustiano Carranza. Aquí lo ubicó la Diócesis para salvarlo de las amenazas llevadas hasta el secuestro en San Andrés Larrainzar donde participó intensamente en la autodefensa comunitaria ante el hostigamiento del ejército con todo y Presidente Municipal al frente de convoyes invasores. A los activistas les arrojan matas de marihuana en sus milpas. Los efectos sociales fueron tan devastadores que no pocos recurren al alcoholismo como remedio y no menos de doce jóvenes se han suicidado. De 27 cantinas en la cabecera municipal se subió a 37 y se aumentaron los servicios con alquiler de películas y sexoservidoras. El Padre Chuy contrarrestó la militarización anticomunitaria con la organización de las bases sociales y con el nombramiento de diáconos autorizados a dar servicios religiosos y contribuir a resolver los cinco problemas descubiertos en las reuniones: alcohol, drogas, migración, enfrentamientos religiosos y políticos. La solidaridad crece al servir incluso a los priístas como la mujer que solicitó a un diácono el sacramento que no se le negó ante el escándalo de las autoridades muy pendientes para reprimir y acosar. Los partidos políticos los apoyan y cumplen como promotores de enfrentamientos y divisiones, hasta el Partido Verde se ha asociado con presbiterianos para impedir cursos, el exitoso Taller de Principales y hasta una visita del Obispo. Sin embargo, ni el Padre Chuy ni los diáconos ni las comunidades de base niegan servicios a los enganchados por las organizaciones enemigas del pueblo. Lo común es construido por la solidaridad necesaria como recurso supremo de autodefensa. “Nuestra trinchera es la Parroquia ” dice el Padre Chuy en el testimonio recogido en el libro de Arte, Música y Video, Los acompañantes tienen cara y nombre.
En Venustiano Carranza las cosas son de otro modo porque la ciudad crece como centro comercial regional y como probable centro de explotación minera canadiense de no menos de cuatromil hectáreas. Desde el límite de la Parroquia , el Padre Chuy nos muestra los valles y una fuente en el patio que sirvió para separar metales, oro en especial, al modo artesanal. La iglesia es muy grande y la casa lateral ha sido completada para recibir reuniones, dar de comer, ofrecer alojamiento en amplios dormitorios con servicios de agua adjuntos. Mientras conversa con nosotros, las compañeras monjas atienden a quienes llegan a reunirse y el Padre nos muestra el material que han estado discutiendo. El Nican Mopohua, relato de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, guía la narración con referencias a la actualidad. Este método tradicional en las comunidades de base, permite que cada diácono en cada comunidad trabaje los mismos textos.
Nadie le dice José de Jesús Landín al hombre maduro, alegre, con ropa común, que en todo atiende a los feligreses. No siempre son cordiales los encuentros como el ocurrido con una mujer que le reclamó la inclusión de la lengua indígena en la misa. El espíritu coleto racista y colonial quiere todo para los blancos y desprecia a los indios. El Padre Chuy extraña los tiempos de sus parroquias anteriores donde su vestido ceremonial estaba bordado por las sabias manos indígenas para decir la misa en la lengua de los más urgidos de auxilio y esperanza, de organización de autodefensa y de proyectos de vida distinta a la servidumbre.
Ministerio de la Pastoral de la Tierra es una denominación concreta, por ejemplo, en la defensa de los siete manantiales y en las solidaridades compañeras como la de la radiodifusora La Voz de la Madre Tierra. Una teología indica crece con un catecismo inculturado para beneficio de todo y claro para la tierra y sus frutos cuidada con parcelas donde se demuestran cultivos sin agentes tóxicos. A partir del 11 de marzo de 1976 ha quedado clara la necesidad de resistencia organizada por lo que cada año es celebrado ese Día de la Resistencia Heroica para no olvidar todos los recursos sociales que han de echarse a andar ante tanta injusticia como la que ahora propagandiza el gobierno de Chiapas con las dos aldeas estratégicas destructoras de comunidades: la de Juan de Grijalva para las víctimas del desplome de un cerro por los criminales desfogues de las presas y las otras dos de Ángel Albino Corzo e Ixhuatlán. Lo mismo que se hizo en Vietnam y África se aplica con el pretexto del progreso. La profunda resistencia no lo permite y sabrá enfrentar a los amenazantes mineras canadienses

Alberto Híjar

EPILOGO DE UNA DESAPARICION

Publicado enero 5, 2011 por albertohijar
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EPILOGO DE UNA DESAPARICION

Alberto Híjar
Diciembre 2010.

Los intelectuales orgánicos del Estado opresor desparramados en periódicos, revistas, televisoras y radios, desconfían de los Misteriosos Desaparecedores y del comunicado de la Red por la Transformación Global que firma con la consigna ¡contra la injusticia y la impunidad ni perdón ni olvido! La contrainsurgencia ordena ignorar esta fuente a cambio de despotricar en defensa del Estado de Derecho. Para nada cuenta la argumentación impecable, las pruebas de las complicidades de los criminales de Estado interpelados por el secuestrado para cooperar con el rescate en cumplimiento de pactos y servicios cumplidos, las certezas diarias de la impunidad de los sobornados, los defraudadores, los contratistas multimillonarios fuera de toda legalidad.
El comunicado es tan largo que exigió dos partes para su difusión. Pero nueve páginas no son tantas como para ignorarlo. La teoría de la violencia se sustenta en la pertinente cita de Bertold Brecha orientada a “la creación de circunstancias en las que el matar ya no sea provechoso para nadie”. Imposible cumplir esto por los Estados capitalistas en la fase imperial que lleva al planeta entero al colapso y mientras causa desastres nada naturales que arrasan ciudades, pueblos, comunidades, incluyendo las afectadas del Primer Mundo. Igual se ha ignorado la decisión del gobernador de Tabasco de no tratar más con la Comisión Federal de Electricidad y la Comisión del Agua a cambio de exigirle a Calderón suspender la estrategia de control de presas y ríos en beneficio de los consorcios que se han adueñado del agua y la energía. Exige planificar integralmente la salvación de la tierra, sus frutos, sus trabajadores. Nadie se ocupa de la argumentación del químico Granier y hasta el año próximo otra vez estarán cámaras y micrófonos con corresponsales enojados que acompañarán a altos funcionarios con cara de circunstancia ofreciendo la ayuda que por los daños acumulados por sexenios, resulta insuficiente e insulta a los damnificados. Debiéramos celebrar que aparezca una Red por la Transformación Global evidentemente necesaria para enfrentar el desastre mundial causado por la voracidad capitalista, no por la naturaleza siempre pródiga y bien dispuesta para armonizar con la humanidad si ésta deja de funcionar por la máxima ganancia.
La fase histórica está suficientemente descrita en el Epílogo de una desaparición. El Estado también como promotor y administrador (malo) de los grandes negocios que a tantos explotadores favorecen como los “benefactores” del secuestrado: Salinas, Slim, Roberto Hernández, Harp, Bailleres, Claudio X González, Servitje, Zambrano, Azcarraga, Salinas Pliego, Quintana, Ignacio Loyola que malgobernara Querétaro, Gamboa Patrón, los cardenales Sandoval y Rivera, el obispo Cepeda, Roberto Madrazo, Hank Ronh, Creel, Peña Nieto, Romero Dechamps, Elba Esther Gordillo. La alusión al narco se impone con la cita de responsables de la seguridad nacional desde el actual García Luna hasta gobernadores y torturadores asesinos como Acosta Chaparro, Quiroz, Nazar y abogados y expertos financieros que los acompañan como el propio secuestrado enormemente adinerado gracias a su “triple carácter de funcionario de Estado, empresario y abogado en demandas contra el erario público”.
Sólo habría que objetarle al claridoso comunicado ignorado por los intelectuales sicarios, la calificación del Estado como mínimo”(sin responsabilidades sociales y de economía abierta, privatización y apertura comercial a capitales trasnacionales)” porque tras la proclama neoliberal de adelgazar al máximo poder republicano, ha seguido la conexión impulsada desde los coordinadores del Imperio para intervenir y hacer reformas constitucionales que permitan garantizar la explotación extrema de todo lo existente sin violar la ley ejercida desde y por la clase en el poder estatal. Esta tradición religiosa es increíble pero cierta y Calderón no deja de insistir con sus corifeos en la urgencia de liquidar las leyes del trabajo y los trabajadores y la fiscal, para ya no tener conflictos jurídicos con lo que resta los derechos históricos de todos violados día con día bajo protección de “todo el peso de la ley” ejércitos y policías incluidos. Esta estrategia no es propia de un estado mínimo o fallido. Que las cosas salgan mal al Estado en la rebatinga de los grupos de poder económico-político no significa que el Estado renuncie a su poder y su fuerza. Incluso quienes dentro de él plantean la vía radical, título de un libro reciente de Porfirio Muñoz Ledo, llaman a la reforma constitucional y llegan hasta a proponer una nueva constitución, pero siempre en los límites del Estado que dejó de ser nación desde su inicio histórico. Todo esto tiene consecuencias prácticas porque el Estado al máximo de su capacidad represiva y explotadora, requiere radicalismo en las apreciaciones teóricas e ideológicas y una estrategia a la altura del Imperio al que pertenece y ya sin el cuento de la unidad nacional esgrimido por la minoría de explotadores.

Alberto Híjar

Via Carrancista No

Publicado julio 8, 2010 por albertohijar
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VIA CARRANCISTA NO

Alberto Híjar.

En artículo reciente, Hugo Carbajal describe el desastre electoral y la corrupción irreversible del Estado como determinaciones del trabajo parlamentario que tendrá que seguir la legalización constitucional del fin de la soberanía nacional y por tanto de la obligación del Estado para planificar, contener los monopolios que no sean los estratégicos como PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad y garantizar los derechos históricos de los trabajadores ya conculcados por las prácticas de los empresarios organizados. Reivindicar la defensa de los artículos 25, 26, 28 y 123 resulta una línea económico-política de oposición al neoliberalismo acordado entre los partidos políticos.
Esta línea exige discusión porque ha dado lugar a una emergencia civil en el umbral del pueblo en lucha. Pero como triunfa la protesta sobre la necesidad del plan nacional de lucha, el pueblo cede ante la multitud, esa masa ciudadana y diversa capaz de movilización efímera para regresar de inmediato a sus intereses particulares donde difunde la línea del caudillo para preparar la siguiente movilización en un círculo vicioso sin fin. En principio, prevalece la fetichización del Estado al que hay que rescatar de la podredumbre para orientarlo con el viejo nacionalismo que ignora la corrupción de PEMEX, IMSS y la CFE con sus sindicatos, por ejemplo que han desarrollado mañas para entregar la energía a la explotación de los consorcios trasnacionales asociados a las empresas de los compadres. De aquí que el neocarrancismo de defensa constitucional resulte, cuando mucho un pingüe negocio de discusión parlamentaria sin posibilidad de concretarse en cambios reales. Hugo Carvajal lo sabe por su intensa militancia con las comunidades eclesiales de base en los tiempos del olvidado Sergio Méndez Arceo.
Ante situaciones así, Lenin solía decir “a menos que” y en efecto, debiéramos impulsar un movimiento artículo 39 que a la letra afirme el derecho del pueblo a cambiar las formas de gobierno en uso de la soberanía. El título segundo, capítulo I de la Constitución multireformada, trata aún “de la soberanía nacional y de las formas de gobierno” y arranca con el 39 de contundente principio: “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye en beneficio de éste” y aquí está el problema porque la dimanación se esfumó y las instituciones todas más bien perjudican al pueblo, lo destruyen o cuando mucho lo mediatizan. Ya no representan más que a la red de intereses delincuenciales en el poder. Ahí tienen ustedes a las comisiones de derechos humanos, a las procuradurías principales o especializadas bien lejos de la buena fe destacada en sus principios. No se diga de las policías y demás fuerzas del orden que hoy más que nunca ejercen la violencia de Estado proclamada día con día por el poder ejecutivo. A propósito de las elecciones recientes, circuló un pegote con una verdad incontrovertible: “votes o no votes no te representan”. ¿Y entonces? Pues no queda sino el poder popular con sus asambleas constituyentes, esto es, constructoras de la nueva forma de gobierno alternativa al Estado. Pero este es fuerte y omnipresente. Ante cualquier intento de autogestión y no se diga de autonomía, hay una oficina de licencias, unos inspectores, unos reglamentos, una amenaza. No debemos hacer como si no existiera el Estado, sino aprender a enfrentarlo, a darle vuelta, a crear situaciones de hecho distintas a los golpecitos de Estado habituales en los operativos militares, en las razias, en los controles policíacos, en los retenes. A la ilegalidad necesaria del terrorismo de Estado hay que oponer más que la movilización ciudadana, la construcción del pueblo en lucha con planes y proyectos de largo plazo en el ejercicio de la soberanía y democracia directas. Los ejemplos a seguir están en las decenas de organizaciones que hace una semana se reunieron en Tlalpan en el encuentro de poder popular donde se escucharon las lecciones de los Sin Tierra de Brasil, Pachakutik de Los Andes, la APPO de Oaxaca, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de Atenco, las organizaciones de los pueblos de la Huasteca, de las Juntas de Buen Gobierno, Los Caracoles y los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas. También hay que aprender de las derrotas, de las movilizaciones sin fin, de las represiones, de las farsas como las del cínico responsable de la defensa de los derechos humanos en el Estado de México tolerante de las mil violaciones de todo tipo y los presos políticos a perpetuidad de Atenco, Jaime Almazán Delgado, quien está muy contento porque habrá juicios orales. Día llegara en que haya juicios abiertos y orales de los abundantes criminales de Estado. Por tanto, compañero Hugo Carvajal, proclamemos como los célebres magonistas de 1910: “la constitución ha muerto” y sumémonos a la construcción del pueblo en lucha.

ZACA-COPENH-ZONG

Publicado julio 8, 2010 por albertohijar
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ZACACUAUTLA- COPENHAGUE-ZONGOLICA

Alberto Híjar.

La reunión de 192 gobiernos del mundo convocada por la ONU en Copenhague atiende a los grandes consorcios en defensa de su derecho a contaminar. Obama El Débil tendrá que enfrentar el repudio de los empresarios al reconocimiento hecho por su encargada de los efectos malignos del bióxido de carbono y otras porquerías incorporadas al aire ambiental por los escapes, chimeneas y desagües de quienes envenenan tierra, aire y agua cotidianamente. Lo han hecho y lo seguirán haciendo pero son respetuosos de las leyes y normas y no toleran ser descalificados por la obviedad de sus procesos productivos malignos. Han fijado cuotas de contaminación y culpan a China de la devastación planetaria.
No hay comunicación entre Copenhague y Zacacuautla ni hay manera de construirla mientras la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente esté en manos de uno de los gobernadores más corruptos que hayan existido y vaya que está dura la competencia. Patricio Patrón Laviada devastó Yucatán, contribuyó a la destrucción de playas y manglares de Quintana Roo y propició toda clase de construcciones y negocios sucios. Ahora forma parte de los responsables de la destrucción de la tierra, el aire y las fuentes de agua en beneficio de los grandes consorcios y sus socios locales. Ni siquiera sabe de la tala criminal del bosque de Zacacuautla en la frontera serrana de Hidalgo y Puebla gracias a la protección oficial de los falsos propietarios Canales por todas las autoridades: las ambientales, el gobierno del Estado de Hidalgo, el municipio de Acaxochitlán. Valido de la banda criminal de Los Negros, el cacique Pedro Canales ha destruido además, las marcas de los estudiantes y profesores de arquitectura de la UNAM organizadores de un proyecto productivo en el terreno de la comunidad. No saben en Copenhague de los trece procesos contra los Delegados electos en asamblea y sin sueldo, para mantenerlos amenazados e impedir su informe al pueblo en la asamblea del 25 de diciembre al salir de misa para reunirse en el auditorio junto a la sede delegacional a la que con mil esfuerzos se ha agregado un piso para albergar el centro de computo prometido por SEDESOL. Una cadena de mandos corruptos descubre asombrada la respuesta del pueblo organizado y encabezado por autoridades honoríficas y valientes. Esa cadena de mandos reproduce a la de los grandes empresarios apoyados por el gobierno planetario concretado por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los bloques productivos como la Unión Europea y la Cuenca del Pacífico. A la cola de Estados Unidos, el gobierno de México simulará indignación y propondrá compromisos a sabiendas de que hay cientos de Zacacuautlas en proceso de destrucción de bosques y manantiales con sus defensores encarcelados, muertos y amenazados.
Un breve reporte televisual informó de la tala criminal de la Sierra de Zongolica en Veracruz. El valiente defensor del bosque informa de la presencia constante de matones para impedir que el pueblo se organice en defensa del ambiente. Hay asesinatos, como el del niño triqui victimado en San Juan Copala por el fuego de las organizaciones que atacaron por sorpresa el lugar del municipio autónomo que la prensa mentirosa de Oaxaca declara inexistente. Tampoco hay comunicación entre Copenhague y San Juan Copala donde la riqueza minera invita a las empresas yanquis y canadienses a la explotación en el sentido peyorativo.
La situación agónica del planeta no se resuelve con encuentros de altos funcionarios de Estado comprometidos con los destructores concientes del ambiente. Todos los presentes en Copenhague saben que sus declaraciones y compromisos serán tan incumplidos como el Protocolo de Tokio de hace cinco años. A Zacacuautla, Zongolica y San Juan Copala, a Venustiano Carranza en Chiapas donde mil hectáreas han sido concesionadas a mineras canadienses, a Montes Azules de Chiapas donde la explotación turística trasnacional expulsa campesinos y beneficia caciques, al Cerro de San Pedro donde la Minera San Xavier canadiense ha destruido el monte, la tierra y el pueblo pese a ser declarada ilegal, a las playas privatizadas de Quintana Roo rellenadas con miles de toneladas de arena de Cozumel e Isla Mujeres en perjuicio de los bancos de coral, los manglares y las especies arrasadas, a Baja California devastada por los saqueadores de sal y arena y por los miles de conjuntos residenciales, no llegan las fiestas de Copenhague. La organización de Cancún que trató de impedir el saqueo de la arena para recibir como respuesta la exigencia de una fianza millonaria, sufre tanto la farsa de los falsos ambientalistas gubernamentales para integrarse a los defensores de bosques, selvas, fuentes acuáticas, volcanes apagados y activos, manantiales, desiertos y estepas irremediablemente sentenciados a muerte por quienes han reducido al mundo a un gran bazar donde sólo cuenta la relación costo-beneficio. El beneficio de unos cuantos poderosos, la desgracia para muchos, para todos los habitantes del planeta porque a pesar de todo, entre Copenhague, Zacacuautla y Zongolica si hay relación.

Tortura e Impunidad

Publicado julio 8, 2010 por albertohijar
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TORTURA E IMPUNIDAD.

Alberto Híjar.

El Colectivo contra la Tortura y la Impunidad se ha distinguido por su rigor y constancia lo largo de sus primeros 5 años de su existencia. Condiciona su solidaridad con las denuncias enfurecidas sin más sustento que la digna rabia para precisar, en cambio, con pruebas contundentes los crímenes de Estado. Para esto, sus integrantes continúan sus esforzados estudios en salud pública, psicología y cuestiones indígenas, a fin de mantenerse actualizados y a la altura de las estructuras de seguridad fascistoides.
Ahora han presentado el libro de 133 páginas Tortura, pensamiento y acción del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad 2004-2009. Para contribuir al conocimiento transformador de la lucha contra el Estado represor. Transformador en el sentido de superar la pura crónica dramática. Quizá por esto haya que empezar por el final con el texto de Cristina Bottinelli, fallecida en México en 2009 luego de seguir las secuelas de la tortura argentina. Psicóloga, docente, clínica e investigadora, fundó la Red de Estudios Psicosociales Interactivos. CCTI le dedica el libro y ofrece en él la Ampliación Declaratoria presentada a la efímera Secretaría de Derechos Humanos en abril de 1992 donde narra lo sufrido en 1975-76 y sus consecuencias. Descubre la dialéctica irreductible a la anécdota para en cambio establecer el lugar de los crímenes mediante reflexiones sintéticas que dan lugar a caracterizaciones contundentes. El lugar del secuestro-tortura fue La Escuelita en Neuquén, quinto cuerpo del ejército, subzona 52, según identificación posterior a los hechos.
Huellas borradas podría llamarse el testimonio de Cristina porque nada consta en actas. “Yo soy mi prueba” afirma luego de enumerar los efectos secundarios: “tres lesiones cerebrales ocasionadas por la picana derivaron en enfermedades irreversibles y cambiaron substancialmente mi vida” para luego ser atendidas por ella misma ante los temores de ser denunciada por el recuerdo del médico que recomendaba “cuidado…paro cardiaco…bajen el voltaje…paren…continúen”. Cita a Víctor Frankl, el psicólogo sobreviviente de un campo de concentración: “quien no pierde la cabeza aquí es que no tiene cabeza que perder”. Ella optó por perder la cabeza para nada informar en medio de recuerdos intrusitos (inesperados), alertas ante señales imprevistas, indefensión y vulnerabilidad constantes. El terror pues.
“La ausencia de pruebas es justamente la prueba” concluye a medio testimonio. Ahí está no sólo la desastrosa situación de sobreviviente sino los efectos familiares y sociales. La certeza de que van en serio las amenazas no sólo a su persona sino a los familiares, acumuladas al frío congelante, a los gritos y susurros, a la tenaz reducción a nada de su personalidad hasta desear la muerte y no tenerla, hasta llegar al juego del bueno y el malo para captarla como informante. Lo poco bueno después se convirtió en terror culposo apenas interrumpido cuando “parimos juntos mi hijo y yo el derecho a existir”.
Y de esto, el peligro de la introspección individualista hasta el aislamiento cuando la evidencia inmediata prueba a cada momento la dimensión social terrible, así sea por los alaridos del de junto. Ni reparación del daño, ni indemnización injusta, resuelven la necesidad de ir más allá de la compasión y la autocompasión ante los recuerdos de haber sido obligada al canibalismo, a reglar sin intimidad pero suspendiendo el sangrado como resistencia instintiva, a llevarse a la boca quizá un pene, a recibir disparos sin balas, a ser citada para luego que saliera como satisfacción del erotismo de los torturadores. La fueron a aventar en libertad en medio del desierto. Concluye Cristina con la exigencia de que no sólo se establezcan como delitos de lesa humanidad la detención clandestina y la desaparición forzada (Asamblea General de la ONU, 1992) sino también la tortura. Para eso existe el Protocolo de Estambul sin reconocimiento por el Estado mexicano. El experto del CCTI que lo aplicó a un torturado para presentar el dictamen como prueba, fue demandado por la PGR por usurpación de funciones.
El libro reflexiona y testimonia Atenco, ese enorme crimen impune que mantiene a doce encarcelados y a un poderoso y gastalón gobernador como precandidato presidencial, mientras el responsable de entonces Genaro García Luna medra al frente de la ¿Seguridad Nacional? de ¿México? Carlos Fazio mencionó en la presentación en la Comisión de Derechos Humanos del D.F. la consolidación de la tortura sexual contra las mujeres y algunos hombres en Atenco como prueba de la calidad de la asesoría francesa transmisora de las experiencias del ejército colonial contra el pueblo de Argel. En fin, de los voceros de la criminalización de las luchas sociales se ocupan Enrique y Santiago Victoria, Jacobo Silva plantea definiciones desde su experiencia de diez años en penales de máxima seguridad donde ocurren crímenes no tan notorios como el asesinato a balazos del famoso Ceja güera que acarreó la supresión de todo derecho de los presos. Se reseñan los testimonios femeninos vertidos en el Festival de la Digna Rabia por mujeres victimadas en Atenco, Cristina Híjar entrevista a las y los del CCTI y Ricardo Loewe escribe de lo que sabe como el que más: la historia de la tortura y el Protocolo de Estambul en México. Gran libro para quien quiera avanzar más allá de la pura solicitud de compasión y consuelo.
La presentación del importante libro el jueves 21 ocurre cuando Amnistía Internacional y Human Rights Watch denuncian las tropelías del ejército mexicano y las policías impunes como lucha contra el crimen organizado al que oponen el suyo propio. Cuando la Comisión para exigir la presentación con vida de los dos militantes del EPR desaparecidos vuelve a trabajar y denuncia los extravíos del expediente en la Secretaría de la Defensa Nacional, cuando decenas de periodistas han sido ejecutados y otros intimidados y obligados a callar. Activistas de Ciudad Juárez denuncian el operativo militar de hostigamiento frente a la casa de Carlos Yeffim Fong Ronquillo conocido como el Gero, denunciante de las tropelías del ejército, las policías y los paramilitares. La lucha sigue y sólo tendrá fin cuando otra justicia resuelva el irremediable desastre humanitario de éste Estado brutal que mantiene al ejército y la marina en las calles y los caminos rurales para cumplir con la Iniciativa Mérida en beneficio de la mal llamada y malnacida seguridad nacional a la que sirve, entre otros, el excomandante salvadoreño Joaquín Villalobos ahora escoltado por Aguilar Camín y otros sicarios intelectuales semejantes al servicio de Álvaro Uribe, Felipe Calderón y sus respectivos planes Colombia y México de contrainsurgencia y guerra puerca. Treinta, cuarenta años han corrido desde los crímenes argentinos hasta ahora cobrados a Jorge Videla hoy reclamado por la justicia alemana, mientras el presidente salvadoreño convoca a la concordia imposible en un aniversario más de los Acuerdos de Chapultepec cuando Villalobos todavía del ERP entregó su fusil a Salinas de Gortari ante los reflectores y el ahora vicepresidente salvadoreño Sánchez Cerén, a nombre de las FPL, celebraba satisfecho sus buenos oficios traicioneros. Lo dicho: la lucha sigue.